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Los contrastes de la ciudad

De hospital a jardín, de plaza a estación

El jardín que ocupa el antiguo Hospital General es hoy un relajado lugar para sumergirse en la historia - La plaza de San Agustín es un caos de tráfico donde reinan los autobuses

De hospital a jardín, de plaza a estación

El jardín de la calle del Hospital si puede presumir de algo es de historia. Cuando se reformó, en 2012, el proyecto fue criticado por dotar al espacio de pocas zonas verdes, pero hoy, superado aquel proceso, conviven con armonía las grandes jardineras, plantas y árboles con restos arqueológicos, la modernidad del Muvim (Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad) o lo que queda del antiguo Hospital General y la Facultad de Medicina que surgió junto al centro sanitario.

El espacio gira entorno al antiguo «Hospital de Ignoscents, Folls e Orats» del padre Jofré, que se sitúa a principios del siglo XV. Fue el primer centro para enfermos mentales de Europa. Sobre sus cimientos se levantó el que más tarde fue Hospital General renacentista. La zona ajardinada hoy abraza los restos arqueológicos encontrados en las excavaciones, el Museo Valenciano y de la Ilustración (MUVIM), la Biblioteca Pública de Valencia „levantada en las antiguas dependencias sanitarias„, la capilla del Capitulet, la ermita de Santa Lucía, los restos de la fachada de la antigua Facultad de Medicina y diversas esculturas públicas distribuidas en el recinto. Merece la pena el paseo, para ir descubriendo poco a poco los pedazos de historia que guarda su recorrido.

En cambio, cuando dejamos la explanada del Muvim en busca de la plaza de San Agustín toda la magia se esfuma. Lo que debería ser una bonita entrada a Ciutat Vella, no es más que una especie de estación de autobuses en superficie. Por si fuera poco, frente a ella desemboca la calle San Vicente y seis carriles que inyectan al centro histórico toneladas de polución y contaminación acústica. La plaza de San Agustín solo es plaza cuando hay manifestaciones. Al menos, a la ciudadanía recuperar por unas horas el dominio de un espacio que debería ser siempre suyo. Su reforma es irrenunciable.

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