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La amante del Gobernador Viejo

La amante del Gobernador Viejo

A principios del siglo XV Valencia tenía unos 8.000 fuegos, a 5 personas por vivienda o fuego, alcanzaba la cifra de 40.000 habitantes, era por tanto una de las ciudades más grandes de Occidente, y la ciudad cristiana más importante de la Península Ibérica.

En menos de medio siglo duplicó su población hasta alcanzar los 75.000 habitantes. Era una gran potencia económica del Mediterráneo, una ciudad boyante pero no apacible.

Los conflictos entre «bàndols» eran constantes y su financiación causó enormes perjuicios económicos a los nobles valencianos. Una serie de conocidos linajes como los Bellvís y los Centelles se mantuvieron enfrentados a los Boïl y los Vilaragut entre otros, durante 20 años, un largo período que se ha identificado como parte del proceso de formación del Estado Moderno, en el fondo una transición entre el modelo feudal y el moderno y una reacción frente al proceso de concentración de poder en la Corona.

De aquella época quedan algunas referencias en la ciudad como el palacio de los Vilaragut que estaba en el lugar dónde ahora se levanta el hotel Astoria, en él se casó el rey Alfonso V El Magnánimo con la reina Doña María, o el palacio de los Centelles en la calle Caballeros, residencia durante un tiempo de los virreyes de Valencia, la reina Doña Germana y del duque de Calabria.

Al morir Martín el Humano sin descendencia, se plantea la necesidad de buscar su sucesor, hecho que agravó todavía más el conflicto existente. Era tanta la tensión que se vivía en Valencia que el papa Benedicto XIII tuvo que solicitar la intervención de San Vicente Ferrer, quién hubo de aplicar sus dotes de oratoria y capacidad de persuasión para conseguir la elección de Fernando de Antequera en el Compromiso de Caspe.

Ésta decisión supuso el triunfo de los Centelles. Pedro Boïl, llegó a ser Mestre Racional, embajador ante la Santa Sede y mayordomo del rey Jaime II de Aragón, financió la Sala Capitular del convento de Santo Domingo, uno de los espacios más bellos de la arquitectura valenciana.

En uno de sus muros se esculpieron los sepulcros donde yacen dos caballeros de la Casa Boïl. Éste sepulcro estuvo dividido en dos, una mitad se trasladó al Museo Arqueológico Nacional y la otra al de Bellas Artes de Valencia. Hasta 1952 no se unieron las dos mitades. Desgraciadamente un hombre tan influyente como Pedro Boïl (afín a los Vilaragut) tuvo un violento final al ser asesinado por Juan Pertusa ( seguidor de los Centelles).

Compartían los favores de una atractiva joven llamada Florentina, ella se entregaba al noble por su postín y su dinero, y al rufián por su atractivo y capacidad de despertar en ella excitantes pasiones.

Pertusa, gustaba de poner celosa a la joven yéndose con otras mujeres, pero no llevaba bien que fuera ella quién se viera con otro. Urdió un plan para asesinar a Boïl, pero cometió el error de jactarse ante su amante de la fechoría realizada y ella le denunció. Momentos antes de morir ahorcado en la plaza del Mercado reconoció que fue la mujer quién le indujo a preparar el crimen, entonces la multitud enfurecida acabó con Florentina, la amante del Gobernador Viejo, al que años más tarde dedicarían una calle donde se alzaba su palacio.

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