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La factura del pladur

La factura del pladur

Aunque me encanta el mundo del diseño y la arquitectura confieso que es un área que desconozco y que, por tanto, sería mucho arriesgar hablar de los precios de las reformas, especialmente de las que se han realizado recientemente en nuestro ayuntamiento. Aún así, me cuesta mucho creer que forrar unas paredes con unas placas de pladur cueste más de dos millones de las antiguas pesetas.

He dejado claro dónde no me voy a meter por no ser experta pero hay algo de lo que todos entendemos y para lo que solo requerimos un poquito de sentido común. Y es que ustedes, y yo, y la mayoría? Si no tenemos dinero, no lo gastamos ¿No? Y si uno tiene una casa digna, aunque no esté lo moderna que le gustaría, pues espera un poquito a que se recupere el bolsillo antes de meterse en reformas. ¡Vamos, que si no entra agua cuando llueve ni nada por el estilo, yo creo que con unas manitas de pintura se puede dignificar la estancia! Bueno, pues eso es lo que ustedes y yo pensamos, pero no nuestro nuevo gobierno municipal. Y es que ahora sabemos que al mes de llegar a la casa consistorial ya estaban decorando.

Eso en cuanto a lo que todos sabemos y ahora voy a lo que ya puedo empezar a considerar mi terreno y lo haré desde dos puntos de vista diferentes: por una parte la burocracia administrativa y por otra la distribución de los fondos municipales.

Y me explico:

En primer lugar, la dificultad para encontrar una factura. ¡Vamos a ver! Es mucho más transparente y honrado mostrar una factura que hacer un comunicado de prensa con insultos y desprecios. Estos que han venido a dar luz a la oscuridad resulta que ahora no tienen ni una mísera linterna para encontrar un papelito que han debido de recibir hace sólo unos días. El Grupo Popular en el Ayuntamiento de Valencia cuenta con personas que han gestionado esta administración durante más de 20 años y eso de que no saben leer un expediente habrá pocos que lo crean.

Se defiende el nuevo gobierno con la confusión de expedientes y de boquilla nos dicen las verdaderas reformas y el coste aproximado. ¡Qué no, que eso no es transparencia! ¡Qué queremos ver las facturas, tampoco una foto del nuevo despacho! ¡Que tienen unos funcionarios muy preparados y eficaces, y eso, también lo sabemos!

En segundo lugar puedo asegurarles lo bien que vendrían esos 150.000 euros destinados a edificios administrativos para reformar viviendas municipales que podrían ponerse a disposición de familias desahuciadas e incluso para acoger a esos refugiados que pronto llegaran y que ya tampoco podrán usar el Veles e Vents.

Esos 150.000 euros que los recién llegados no saben donde están y que hoy serían muy bien venidos en los presupuestos sociales para pagar gafas de niños, dentaduras de ancianos o un par de muletas. Para pagar recibos de luz y de agua a familias que ya no tienen nada, que necesitan mucho más que un pladur para ocultar una pared manchada por un antiguo tapiz. ¡Que eso sí lo sé!

Un poco pronto para empezar a perder los papeles y esperen que el brío de estos nuevos gobiernos llegará después de las elecciones generales.

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