A pesar de las «nintendos», las «wii» o las «x-box», todavía se juega al Risk. ¿Lo conocen? Ese juego de mesa en el que gana el mejor estratega. En su tablero pueden verse territorios que se van conquistando con algo más que la suerte o el azar.
Como saben, este jueves a medianoche da comienzo la campaña electoral para las elecciones generales del día 20 y puedo asegurarles que para esta partida, Valencia está en el tablero.
Valencia es la tercera ciudad de España y su peso en unas generales es capital. Por eso los estrategas políticos ponen todos sus recursos para pelearse esta plaza. Muestra de ello es que el pasado sábado nos visitaban diferentes líderes de los principales partidos y no serán los únicos.
A veces se presentan las campañas electorales como algo tedioso, pesado y aburrido. Como un mal inevitable. Yo, desde luego, no lo veo así. Lo primero porque es la ocasión para hacerse oír y sobre todo para escuchar. No todo son mentiras y falsas promesas. Y no todos dicen lo mismo. Eso sí, hay que hacer un mínimo esfuerzo para valorar y distinguir.
Además es un momento de auténtico contacto entre los ciudadanos y quienes aspiramos a ser sus representantes. Los candidatos en estos días nos podemos exponer a oír de todo, porque no siempre se recogen aplausos y piropos, también críticas e insultos y a menudo hay que enfrentarse a lo más difícil: problemas personales que son planteados con la confianza de que desde el poder todo se puede conseguir. Y eso el político se lo lleva a casa, esa carga, esa preocupación, cae sobre sus espaldas a sabiendas de que, generalmente, la solución es compleja o imposible.
Todo esto desde el punto de vista estrictamente político porque si nos vamos al aspecto organizativo podemos sentir vértigo. ¿Se imaginan la cantidad de personas que tienen que trabajar para desarrollar una campaña electoral? Las campañas son también, en cierta medida, activadoras de la economía y especialmente de la de nuestra ciudad que en estos días es un referente, una plaza estratégica a conquistar. Siempre he vivido las campañas electorales desde una perspectiva muy concreta y siempre me ha llamado la atención ver la cantidad de personas que nos apoyan y nos quieren acompañar en el recorrido por las diferentes calles y barrios de nuestra ciudad. Me llama la atención y me entusiasma pues su gesto es una inyección de motivación, es una muestra de confianza en nuestro sistema democrático. Me gusta la gente políticamente activa, con independencia de su ideología. Son personas de todas las edades desde las que ya están jubiladas que disfrutan con tanto ímpetu, hasta jóvenes estudiantes que quieren vivir personalmente, lo que significa una campaña electoral por dentro.
Y de igual manera disfruto viendo la seriedad y la responsabilidad de las personas que el día de las elecciones acuden a constituir las mesas electorales en los diferentes colegios. No hay mayor muestra de madurez democrática.
El Ayuntamiento de Valencia celebró el sorteo la semana pasada y a día de hoy ya son muchos los que saben cuál será su misión el próximo día 20 de diciembre. Todos somos partícipes, todos estamos en el juego y la realidad nos demuestra que Valencia lo está de una forma especial.
