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El anhelo de Russafa

El anhelo de Russafa

Siendo gobernador Agrescio en el año 711 se produjo la invasión musulmana, capitaneada por Tarik, ambos se entendieron pronto y decidieron no hacer demasiada sangre, así la población visigoda pudo integrarse con facilidad con la musulmana, y el proceso se completó sin demasiadas tensiones. Más tarde durante el reinado de la dinastía omeya en Córdoba, la ciudad fue invadida por el ejército sirio abasí, contrario a los omeya, Abd al-Rahman se desplazó desde Córdoba a Valencia y venció con rotundidad a los sirios pero la ciudad pagó el precio de ser destrozada. Fue a finales del siglo VIII cuando el desheredado príncipe omeya Abd Allah Al-Balansi, apodado el valenciano, quien había sido desterrado por sus hermanos, recibió el encargo de reconstruir la ciudad de Valencia, antes un auténtico vergel, convertida en una ciudad saqueada y destrozada. Eligió la zona más bella, la situada al sur de la ciudad , la llamó Russafa. Se hizo edificar allí un palacio de recreo rodeado de hermosos jardines, donde fijó su residencia. Sus jardines fueron durante más de cuatro siglos utilizados por los habitantes de la zona transformados en auténtico precedente del parque público. Fue ensalzada por numerosos poetas como Al-Russafí, llamado así por haber nacido en Russafa, muy cerca de la almunia real, quien en tiempos del Cid escribió su «Elegía Valenciana» en la que ensalzó su aldea natal y los campos que la rodeaban, en aquel tiempo todavía fuera de la ciudad. Desterrado a Málaga, Al-Russafí se lamentaba de su Valencia perdida en manos cristianas: «¡Ay morada de nuestra edad primera! ¿Cómo nos hemos alejado de aquella juventud y de aquel tiempo?» También en los versos del poeta Ibn al-Abbar aparece la Russafa de Valencia como un lugar idílico. Valencia estaba rodeada a finales del siglo XI por jardines y huertas. La Primera Crónica General, a propósito de la toma de la ciudad por el Cid en 1094, habla de la frondosidad de las huertas donde se escondían las tropas cristianas. Más tarde en 1235 Jaume I recién llegado a Valencia procedente del Puig de Santa María, mandó a sus hombres acampar en lo que quedaba de aquellos magníficos jardines la Russafa de al-Balansí. Al poco tiempo se produce la capitulación de la Valencia musulmana.De todo aquel esplendor, por desgracia, sólo nos quedan las crónicas. En la actualidad, el jardín de Manuel Granero es la zona verde de mayor extensión de toda Russafa, en realidad la única de que dispone. Su remodelación va desde hace años unida a la polémica, ya que el anterior equipo de gobierno municipal tuvo la peregrina idea de condicionar la rehabilitación del jardín, a la construcción de una zona de aparcamiento en el subsuelo. Muchas voces se alzaron en contra de ésta propuesta que, afortunadamente, no se llevó a cabo. Hoy se quiere que a través de un proceso participativo se diseñe el jardín en el que se pueda conservar el arbolado existente, ejemplares de especies interesantes, de considerable edad y buen porte. En este lugar se cuenta con ejemplares de tipuanas, pinos canarios, de ginko biloba, casuarinas, encinas, palmeras canarias de casi 10 metros de estípite y los perales, que tendrán que ser trasplantados a otro lugar más propicio del jardín. Ojalá que el anhelo de Russafa sea pronto una realidad.

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