La Concejalía responsable de Personas Mayores reformará el reglamento de los populares «clubes de jubilados» de Valencia para, entre otras muchas cosas, establecer la paridad en los cargos directivos y en los órganos de gestión. Así lo aseguró ayer el primer teniente de alcalde, Joan Calabuig, que cree que las nuevas medidas pueden ser aprobadas el mes que viene en la asamblea de presidentes.
En la actualidad, Valencia cuenta con 50 centros de mayores repartidos por todos los puntos de la ciudad. Se trata de espacios con una alta participación tanto de mujeres como de hombres „hay 40.000 socios en total„, sin embargo, sólo hay tres que estén presididos por una mujer „Virgen de los Desamparados, El Calvari y Beniferri„, una cifra insignificante si se compara con los 47 que tienen a un hombre al frente.
Para el nuevo equipo de gobierno, por tanto, esa situación tiene que cambiar y evolucionar hacia la paridad. Y eso es lo que se va a introducir aprovechando la reforma del reglamento por el que se regulan los centros de mayores de titularidad municipal.
Según explicó Calabuig, la idea es que haya un equilibrio entre hombres y mujeres, aunque no sea exactamente del 50%. Una posibilidad es establecer una banda del 40-60 por ciento, sin especificar que género debe primar por encima del otro.
Esa paridad también se aplicará a las juntas directivas, que están formadas por una docena de personas aproximadamente, e incluso en el Consejo Consultivo de los centros de mayores, que tiene seis miembros y ninguno es mujer.
Precisamente, entre los cambios previstos por la concejalía está también ampliar el número de componentes de este consejo a 8 o 10 personas y dar más presencia a la Asamblea de Presidentes convocándola al menos dos o tres veces al año en vez de una sola vez como se hace en la actualidad.
Ese reglamento ya está muy avanzado y Calabuig cree que podrá llevarse a la asamblea del mes de enero para que allí le den su aprobación. Luego, su aplicación será progresiva. En este sentido, la nueva normativa mantendrá la elección de cargos directivos cada cuatro años, aunque podría añadir una «ratificación» de esa junta cada dos años para que no haya problemas que se prolonguen en el tiempo y afecten al funcionamiento interno.
