La ley valenciana de Patrimonio Cultural obliga a que los edificios públicos y privados declarados Bien de Interés Cultural (BIC) tengan un régimen de visitas. Una obligación que en muchos casos no se cumple. El convento de la Trinidad, la alquería Julià, el palacio de los Escrivà y el palacio de Justicia son algunos de los edificios que deberían estar abiertos al público y sin embargo siguen cerrados a cal y canto. h. g. valencia