No es el único que sufre las molestias de los denominados apartamentos turísticos, ni mucho menos. Sin embargo, lleva desde 2013 con una campaña para intentar ponerle fin a un problema «que atañe a muchas personas que sufren las molestias en solitario». Tras tres años de escritos no ha encontrado solución. Ni con el anterior gobierno del PP ni con el tripartito actual. No se trata de subsanar «su problema» porque no es solo su caso. Es «el de muchos». Ese es el motivo por el prefiere permanecer en el anonimato bajo las siglas que lo identifican (A.M.R). Y recalca: «Se trata de abordar la problemática desde las lagunas legales que permite el sistema». Y esa raíz no es otra que una «responsabilidad subsidiaria» de la que nadie se hace cargo.
Las empresas que gestionan los apartamentos turísticos alquilan pisos por habitaciones y se encargan del cobro de la estancia, del pago de la luz, agua, etc y de la limpieza de los apartamentos. Les muestran a los inquilinos el piso donde residirán durante unos días y les indican las normas de convivencia que deben cumplir. Sin embargo, si esto no es así „si incumplen la ordenanza de contaminación acústica, que es la queja más usual de los vecinos de este tipo de viviendas„ no hay consecuencias. Para nadie. Ni para los inquilinos (la mayoría extranjeros que no recibirán ni la sanción), ni para los propietarios del piso ni para la empresa que gestiona el alquiler de los mismos.
«Alguien debe ser responsable de lo que ocurre en un piso que se alquila por habitaciones. En teoría es quien incumple la norma, pero, en la práctica, esa persona suele ser un estudiante extranjero, que nunca recibirá la multa de la Policía Local y que, de hacerlo, tampoco la pagará. De hecho nadie le embargará por ello. La empresa que gestiona el apartamento tampoco se hace responsable y la propiedad, tampoco porque, de ser así, la gestión de estos negocios variaría», explica el afectado mientras recalca que la falta de responsabilidad subsidiaria es una constante en la gestión de estos apartamentos y una «laguna legal» a la que se aferra la propiedad y la empresa para hacer oídos sordos a la problemática que plantean estas viviendas en bloques de pisos habitados. Ahí, precisamente, reside la otra petición de los afectados.
Sin consecuencias
De hecho, en el último escrito que remitió A.M.R.tanto a la concejalía de Medio Ambiente y Cambio Climático como a la de Comercio, recalca que el problema también se paliaría si solo se permitiera alquilar habitaciones en pisos «donde todo el edificio esté destinado a ese fin y no existan residencias familiares. De esta forma se evitaría el problema porque se molestarían a ellos mimos y no afectaría al descanso de las personas trabajadoras, o de los mayores que están enfermos o de los niños que intentan descansar. Tener puerta con puerta un piso así, o abajo o arriba... es un infierno. Solo los que sufrimos las molestias lo sabemos. Y nadie paga las consecuencias».
«Desigualdad ante la ley» por el impago de las multas
«A usted le sancionan y tras un período de alegaciones se impone la multa. Si usted no paga, antes o después, le embargan. Sin embargo, en el caso de los estudiantes extranjeros que alquilan los apartamentos turísticos no es así. Si les multan porque infringen la ordenanza de contaminación acústica, ni pagan ni les embargan. Esto vulnera la Constitución española». Para los afectados de las molestias que generan los apartamentos turísticos el impago de las multas y la ausencia de embargos genera una «desigualdad entre los ciudadanos españoles y los extranjeros» ya que «ante una misma acción, las consecuencias son muy diferentes».
Por ello, A.M.R. propone como solución que sean los dueños de los pisos los que paguen la multa ya que así «además, también podría existir la reincidencia, algo que hoy en día no existe. Si a los dueños les tocas el bolsillo tendrán más interés en solucionar el problema», asegura el portavoz del colectivo.
