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La presencia de militares en la procesión de Corpus data desde el siglo XIV

El Rollo del Corpus y el álbum de acuarelas de Tarín documentan la participación militar, así como las crónicas y relatos de la procesión

La presencia militar en la singular procesión de Corpus de Valencia ha sido constante desde su primera edición en 1355, está ampliamente documentada en todas las descripciones literarias y gráficas que nos la relatan a lo largo de la historia, incluso explicada su presencia. En la crónica que de esta procesión hizo Diario de Valencia en 1801 días 3 y 4 de junio, puede leerse: «Luego siguen los Ancianos, que figuran los que refiere San Juan en su Apocalipsis; y llevan los Ciriales grandes delante del Ilustrísimo Cabildo, con quien van interpolados los caballeros de mayor grandeza y militares que se hallan en esta ciudad como que están prontos para ocurrir a cualquier insulto o desacato que se hiciese al Cuerpo del Señor; y tomando las varas del Palio la M. I. Ciudad, sigue la maravillosa Custodia en que llevan al Venerable Santísimo Sacramento».

En 1824, la procesión del Corpus de Valencia quedó reflejada pictóricamente en el «Rollo del Corpus», curioso documento que se conserva en el Archivo Histórico Municipal, siendo la primera constancia gráfica de cómo era el conjunto de la procesión. El rollo tiene 31 metros de longitud y 17 centímetros de ancho, en total 121 tiras o secuencias de la procesión sobre papel verjurado, unidas por pegamentos o colas. Tiene por eje un rodillo, sobre el que se enrolla o desenrolla. Dibujados de una manera tosca, con un cierto estilo «naif», refleja quiénes integraban en dicho tiempo la procesión, cómo desfilaban, vestían, andas e imágenes que llevaban, clero, órdenes religiosas, personajes bíblicos, gremios y oficios, custodia, presidencia y acompañamiento militar. En los dibujos aparecen pegadas estampas y grabados de vírgenes, santos y santas que eran llevados en andas en la procesión, generalmente tomados de Gozos impresos formando una especie de collage muy llamativo. También en esa línea está el álbum de acuarelas de Tarín.

De la procesión de 1780 se sabe que la Custodia era llevada por 12 sacerdotes, bajo palio portado por miembros de la Nobleza, figurando detrás la presidencia eclesiástica, con el obispo, y presidencia civil, banda de música militar y piquete militar. No se limitaba el estamento militar a asistir o participar en el cortejo religioso, había una cierta liturgia castrense lanzando salvas de honor con su artillería a la salida y entrada de la procesión, cuando ésta llegaba a su mitad. En otra de las crónicas, se lee: «Al salir de la catedral la Custodia del Sacramento, llegar al Mercado, y quando entra en dicha Iglesia, hace la señal de llamada la torre del Miguelete, y rompe la salva la artillería del Baluarte, y en pleno vuelo todas las campanas, explicando el común regocijo del Pueblo en la celebración de tan alto y Divino Misterio».

El pleno del Consell de la Generalitat Valenciana, por Decreto 92/2010, de 28 de mayo, decretó en su artículo 1.º declarar Bien de Interés Cultural Inmaterial la Solemnidad del Corpus Christi en la ciudad de Valencia.

El decreto inserta una sucinta historia de la fiesta del Corpus en Valencia en la que se dice de la procesión que «más allá de sus elementos espirituales y catequéticos, es una muestra compleja de la celebración del Misterio de la Vida, utilizando diversos signos y símbolos a través de todos los sentidos». Históricamente, la organización y desarrollo de la fiesta ha sido fruto de la colaboración entre el Ayuntamiento de Valencia y el Cabildo Catedralicio. La colaboración consistorial, más allá de la necesaria separación constitucional entre el Estado y la Iglesia, supone un valor adquirido durante más de seiscientos cincuenta años, así como un privilegio que también ha servido para construir no solamente algunos rasgos más relevantes de cómo se celebra la fiesta, sino también ha organizado el espacio de la ciudad, de manera simbólica y real, que facilitase el buen desarrollo de las diversas actividades consuetudinarias que componen la fiesta, especialmente la Procesión General, según el libro «La procesión de Corpus Christi de Valencia», fruto de la tesis doctoral en Teología de Baltasar Bueno.

Una fiesta total y mediterránea

Subraya en la fiesta del Corpus el mérito de la «pervivencia» hasta nuestros días y digno de la mayor protección por la ley a aquellos elementos del llamado Patrimonio Inmaterial o Intangible. Y concluye su justificación definiéndola como fiesta barroca, mediterránea y la más valenciana de las celebraciones. «Su influencia ceremonial, así como el antiguo derecho desde 1506, exclusivo de la llamada Coronilla de Aragón, de celebrar las procesiones por la tarde, confieren a esta celebración, que usa de los sentidos, de la vista, del oído, del tacto, del olor y quizá también del sabor, en una fiesta total, típica y tópicamente mediterránea, y sobre todo muy valenciana. Posiblemente, la más de todas las celebraciones cristianas de la C. Valenciana».

Con el BIC, la festividad de Corpus quedaría definida y entre sus distintas secciones con histórica y tradicional presencia militar de esta manera: «Viene la Custodia flanqueada por los Mancebos, seis varones jóvenes con vestiduras del siglo XVI de terciopelo y seda en colores rojo y blanco que portan espigas plateadas y racimos de uva plateados significando el Sacrificio de Cristo bajo las dos especies. Tras la Custodia: arzobispo de Valencia, obispos auxiliares e invitados, autoridades civiles y militares, banda militar y piquete, que cierra la procesión».

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