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La bandera legal

La bandera legal

El pasado jueves 14 de abril se celebró la conmemoración de la proclamación del primer sistema realmente democrático de nuestra historia. Fueron unas elecciones municipales las que permitieron poner punto final a la primera Dictadura que tendríamos que sufrir en el Siglo XX. Presidida primero por el general Primo de Rivera y por último por el Almirante Bautista Aznar, fue auspiciada y apoyada desde el primer momento por el rey Alfonso XIII colocando al Estado español en triste sintonía con el primer régimen fascista de la época: la Italia de Benito Mussolini, sustentado también por su Rey Víctor Manuel III.

Fue la propia Dictadura militar la que trató de retrasar durante ocho años la celebración de estas elecciones municipales, hasta que el colapso del régimen monárquico y su Gobierno militar impidieron retrasar más la convocatoria. En 1931, la mayoría de la población llamada a las urnas dio un vuelco espectacular a la política española, votando mayoritariamente las candidaturas de la coalición socialista-republicana. Ésta se alzó vencedora de aquellos comicios, especialmente en las ciudades medias y grandes, así como en aquellos municipios rurales donde los sindicatos UGT y CNT llevaban años luchando contra los caciques y terratenientes, responsables junto con la Jerarquía católica y el ejército del atraso secular del Estado español.

El primer intento de Golpe de Estado dado por el general Sanjurjo el 10 de agosto de 1932 evidenció que esos poderes fácticos no iban a permitir que se pusiera coto a sus privilegios de siglos. Esta obsesión antidemocrática llevaría a la mayoría de la derecha española, como al conjunto de las derechas europeas, a excepción de una parte de la británica, a abrazar el fascismo y sublevarse en armas contra la República. Después de tres años de Guerra Civil, otro día de abril, el futuro Dictador anunciaba en un bando militar la derrota del ejército republicano, iniciándose así una debacle de muerte y represión como no se había conocido antes.

Una de las medidas que más obsesionaban a los nuevos carceleros del país era suprimir cualquier vestigio que recordara a la democracia republicana, incluidos los símbolos. Cambiaron la bandera tricolor por la anterior monárquica, la cual al ser impuesta por una Dictadura pasó a ser su bandera . Por esta razón, si el Gobierno legítimo de una República democrática fue derrocado por un Golpe de Estado, es su bandera la que tiene la legalidad y no la impuesta por unos militares rebeldes. Cosa distinta es que se obligara a aceptar la bandera, ya franquista, como chantaje para iniciar la transición.

Ahora que constantemente se nos recuerda que la democracia está asentada, es el momento para que se reconozca el carácter legal de la bandera tricolor. Se convierte en urgente la coordinación de todos los Ayuntamientos para que sea un Pleno de la FEMP el que apruebe izar el año que viene el símbolo de la República, y así no escudarse tras informes legales, bien para no ponerla como ocurrió en Madrid o Barcelona, bien como hizo el Ayuntamiento de Valencia, para camuflar la bandera de la libertad en una pancarta.

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