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Circulo vicioso

Circulo vicioso

Cuando en 2012 el Gobierno del PP casi obligó a un plan de Ajuste a los Ayuntamientos para que estos pagaran su deuda con los proveedores, éste llevaba implícito contraer una deuda asfixiante con los bancos. De esta manera, este plan de pago a proveedores se financió a través de un préstamo que el Gobierno, con unos fondos que a su vez había obtenido prestados, concedía a los Ayuntamientos. Esto supuso para los Ayuntamientos que se acogieron al Plan, un endeudamiento con las entidades financieras que comprometían, y mucho, los Presupuestos, ya que la devolución del dinero prestado venía acompañada del pago de unos elevados intereses.

Pocos meses después, el gobierno de Mariano Rajoy daba otra vuelta de tuerca a nuestra maltrecha economía, y aprobaba el mayor recorte de la historia del Estado español al acogerse al rescate bancario propuesto por la UE. Sólo este año, el rescate ha supuesto en los PGE 33.514 millones de euros para el pago de intereses de deuda.

Así pues, los Ayuntamientos han vivido con la soga al cuello todos estos años, sin que además hayan servido los cambios en los Gobiernos municipales fruto de las elecciones del año pasado, ya que la voluntad de no pagar la deuda ilegitima, o bien ha quedado guardada en el baúl de los recuerdos, o bien ha topetado con la cruda realidad de un Gobierno central del PP insensible a la hora de flexibilizar el pago de la deuda y así hacer frente a la necesidad de crear empleo, incrementar los servicios sociales, implementar una renta mínima o rehabilitar el patrimonio de nuestras ciudades.

Por eso no de extrañar que la buena noticia de que los Ayuntamientos del área de l´Horta de València recortan su deuda con los bancos, vaya acompañada de que a su vez ha subido con los proveedores, demostrando que la prioridad siempre han sido las entidades financieras. Según datos del Ministerio de Hacienda, la deuda del conjunto de los 43 municipios se ha recortado en 37,5 millones de euros, pero a la vez la deuda pendiente con los proveedores en el último trimestres de 2015 se incrementó en un 5´4 % más que en el mismo periodo de 2014.

Y es que en el propio Plan estaba la trampa, ya que el dinero se concedía para los pagos atrasados hasta la fecha en la que el Ayuntamiento se acogía, no la que fuera generando después, mientras que en cambio si debía de pagar cada año la deuda que había adquirido de forma ilegítima a los bancos. El caso del Ayuntamiento de València refinanciando la deuda, equilibra el pago a los proveedores con el pago de la deuda bancaria, pero a cambio de alargar esta aún más en el tiempo.

Es momento pues, máxime ahora que estamos convocad@s a elecciones, de una nueva financiación local, que acompañada de una condonación de la deuda con los bancos, permita romper con esa camisa de fuerza que son las políticas de austeridad para todas las administraciones, y que sólo han supuesto dolor y sufrimiento para miles y miles de personas.

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