La Associació de Veïns de Poble Nou va a iniciar una campaña de recogida de firmas para reclamar que una treintena de alquerías que históricamente han formado parte de esta pedanía, vuelvan a ser consideradas administrativamente parte del núcleo. Desde hace años los vecinos afectados no pueden votar en su alcaldía pedánea, sino en la vecina de Carpesa, una circunstancia que provoca que muchas personas no ejerzan su derecho al sufragio al considerar que no es el lugar que les corresponde.

La cuestión lleva ya varios años en marcha, pero pese a los esfuerzos de la anterior alcaldesa pedánea, Fina Flores, y la actual, Enriqueta Llopis, no han conseguido que el Ayuntamiento de Valencia reconozca a este grupo de alquerías como parte del «término» histórico de Poble Nou. Algunos vecinos reconocen que se trata de una cuestión más sentimental que práctica, ya que las pedanías no pueden elegir a sus representantes directamente, pero a muchos les molesta desplazarse a Carpesa para ejercer el derecho a voto y, con cada convocatoria electoral, recuerdan su enfado.

Hay que recordar que los alcaldes pedáneos se eligen a propuesta del alcalde y no por elección directa de los ciudadanos que viven en los pueblos de la ciudad. Así que, a efectos prácticos, no variaría apenas que los vecinos afectados pudieran ejercer su derecho en su propia población. Tiene que ver más con cuestiones identitarias y de respeto a la pertenencia del pueblo.

Fuentes de la Concejalía de Pedanías explicaron a este periódico que son conocedores de esta reivindicación histórica de Poble Nou y que en los últimos meses han recibido varias peticiones de la alcaldesa pedánea para «devolver» a Poble Nou lo que históricamente se considera parte del pueblo. Desde la regidoría aseguran que se han puesto manos a la obra para solucionarlo pero que, para las próximas elecciones del 26J no será posible resolverlo, ya que el proceso es largo.

La fisonomía de Poble Nou —que se incorporó a Valencia a principios del pasado siglo— es ciertamente particular, puesto que no se agrupa como un núcleo rural tradicional en torno a su plaza o iglesia, sino que creció como un conjunto de alquerías dispersas. Aunque la mayoría se agrupan en torno al Camí de Montcada, otro importante grupo están a ambos lados del Camí de Carpesa, incluida la entrada a la Alqueria Rata. Es ahí donde se encuentra el problema, ya que hace años una polémica decisión administrativa «arrebató» a la pedanía parte de su término histórico, que quedó adscrito a Carpesa. Algunos vecinos explican que para «separar» el territorio se tomaron como referencia las acequias. Lo cierto es que, con el mapa actual en mano, se observa una extraña zona con forma de «V» que es la que reclaman históricamente los vecinos afectados.

Votar, ir al médico…

En el pasado esta situación también afectaba a otras decisiones administrativas, como el hecho de tener que desplazarse a la vecina Carpesa para acudir al médico. Esto se llegó a solucionar para que alquerías afectadas pudieran ir a su propio centro de salud en Poble Nou, pero se mantiene la «sección censal» sin variar.

Lo curioso es que para otras decisiones e inversiones en el pueblo, sí que se ha considerado a estas treinta alquerías como parte del núcleo. En la última actuación realizada por el consistorio, la de la renovación del alumbrado público por un sistema de leds más eficiente, estas casas y los caminos que llevan hasta ellas sí han sido incluidas en la actuación. Por la noche es muy fácil reconocer hasta dónde llega el término de Poble Nou: con luz más blanquecina se delimita el pueblo, mientras que las antiguas farolas más anaranjadas comienzan ya en terreno de Carpesa, poco antes del Club Valenciano de Natación.

Cansados de que el Ayuntamiento de Valencia no solucione lo que los vecinos considerar un «error» administrativo, la Associació de Veïns ha anunciado que en breve pondrá en marcha una campaña de recogida de firmas y se dirigirá por escrito al alcalde.