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¡Bendita peatonalizacion!

¡Bendita peatonalizacion!

La decisión de peatonalizar el entorno de las Torres de Serranos que incluye el barrio de la Seo y gran parte del de la Xerea, constituye una buena noticia para los ciudadanos, especialmente para las personas con dificultades en su movilidad, ya que resultaba difícil ir en silla de ruedas por la calle de Serranos por la estrechez de sus aceras, por lo que tenían que arriesgarse a ir por la calzada esquivando vehículos.

Peatonalizar el Centro Histórico se ha convertido en una de las señas de identidad del actual equipo de gobierno municipal, y aunque son muchas las ciudades europeas que hace tiempo que adoptaron medidas similares, no se trata de una decisión sencilla, nunca lo ha sido. Que se lo pregunten sino al ex-concejal José Cabrera que tuvo que soportar, allá por los años 80, las duras críticas de los comerciantes, y las feroces andanadas de la oposición, cuando decidió eliminar el tráfico de la calle Don Juan de Austria. Como alma que lleva el diablo los comerciantes defendían con uñas y dientes, que si frente a sus comercios, se prohibía la circulación, su ruina estaba asegurada. Hoy basta con dar un paseo por allí cualquier día para encontrar siempre la calle llena de gente visitando tiendas y terrazas. La construcción del portal y de las torres de Serranos que permitía el acceso al recinto amurallado de la ciudad, fue obra de Pere Balaguer. Maestro de regla y compás perteneciente al gremio de los picapedreros. Se le eligió por que ya había trabajado para la monarquía en la construcción del palacio del Real. Los preparativos para la construcción de las torres empezaron en 1391 con la recogida de piedras para la cimentación por orden de los Jurados de la ciudad. El maestro visitó canteras en Alginet y Rocafort. Utilizó los servicios de los cortadores de piedra establecidos en Callosa d´En Sarrià. Por fin en 1398 se acabó la construcción del portal de Serranos y en junio de 1400 se remató el coronamiento de las torres del portal. Esta obra le ayudó a alcanzar el puesto de maestro mayor de la catedral, el de mayor prestigio al que podía aspirar un arquitecto en la Valencia de 1400. La muralla que rodeaba la ciudad tenía cuatro «portals grans», el de Serranos hacia el norte, el del Mar hacia el este, el de San Vicente al sur y el de Quart al oeste. Peatonalizar el entorno de las Torres de Serranos permite ahora entrar a pie en el Centro Histórico y atravesar uno de los «portals grans», el de Serranos. Como les sucedía a los viajeros que venían de la Serranía y que dieron nombre a la puerta, magnífica muestra del gótico valenciano. O al rey Pedro IV de Aragón quien en 1336 entró bajo palio por esta puerta. También a Felipe II, dos siglos después, entró montado a caballo por la puerta de Serranos, seguido de la carroza en la que viajaban sus hijos, la infanta Isabel Clara Eugenia y el Príncipe heredero. Idéntica sensación, salvando todas las distancias, es la que ahora experimentamos cuando llegamos por el puente de Serranos a pie y atravesamos las torres. ¡Bendita peatonalización!

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