La deuda del Ayuntamiento de Valencia ha alcanzado su nivel más bajo desde 2005. Así lo recoge el informe emitido por el Banco de España, que se publicará en los próximos días según el equipo de gobierno, y que permite comprobar cómo, según los datos oficiales, el nivel de endeudamiento correspondiente al primer trimestre de 2016 (el último evaluado) se ha situado en 709 millones de, y ha alcanzado su nivel más bajo en los últimos once años.

El dato refleja la tendencia a la baja que se ha venido registrando en las cuentas municipales en los últimos meses, fruto de las políticas impulsadas por el equipo de gobierno basadas en la contención de determinados gastos «superfluos», y en la reorientación de las inversiones y la gestión de las diversas áreas de gobierno. La deuda municipal a finales del 2005 se situó en los 714 millones de euros, mientras que a finales de primer trimestre de 2016 se ha reducido hasta los 709 millones. De hecho, ya a finales del año pasado se había conseguido rebajar en 5 puntos el porcentaje de endeudamiento local interanual (dato que se conoció a finales de marzo, que se situó en el 89,03 %, frente a al 93,83 % de finales de 2014). La política de reducción de la deuda del Ayuntamiento ha sido una de las prioridades del nuevo equipo de gobierno, nada más tomar posesión del gobierno de la ciudad el pasado mes de junio, cumpliendo los planes impuestos por el Estado al Ayuntamiento, tras dispararse a 1.000 millones la deuda municipal en el año 2012, para hacer frente al pago de facturas en los cajones y pendientes de pago que había acumulado el gobierno del PP. Esta política se ha compatibilizado con el incremento de los recursos liberados del servicio de la deuda para ser destinados a servicios a la ciudadanía „ 30 millones en el año 2016„, mediante la refinanciación de la deuda municipal, con una reducción del pago de intereses, y una limitada carencia de amortizaciones en 2015 y 2016.

La deuda heredada suponía el 93 % del presupuesto municipal, una elevada cantidad que, tal como destacaba el alcalde, Joan Ribó, en su momento fue un «verdadero hándicap» a la hora de elaborar los presupuestos para este año y poder invertir para la ciudadanía.

A partir de ese momento, las distintas medidas impulsadas para ir reduciendo el porcentaje de endeudamiento y la deuda viva (es decir, lo que queda por pagar de deuda) han ido dando fruto, que se concreta en un descenso continuado hasta alcanzar niveles previos al inicio de la crisis económica y muy por debajo de los datos alcanzados en los mandatos anteriores. En palabras de Joan Ribó, «es posible salir de las políticas de austericidio y de recortes que hemos vivido en las legislaturas pasadas, con una buena gestión económica».