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Inventos

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Estoy intentando aprender hacia dónde va todo esto de las nuevas tecnologías de la información. El bigdata, el internet of things y todas esas cosas. Millones y millones de datos que van dando vueltas por ahí hasta que alguien les saca partido. Volando sobre nuestras cabezas. Ahora resulta que cuando te compras cualquier cosa si lleva el sensor adecuado estás enviando un montón de información sobre ti a un señor que seguramente la utilizará para optimizar su empresa o para venderla a un tercero. En el primer caso seguramente ganas porque puede que te mejore el mantenimiento, la atención o te contentes pensando que estás contribuyendo a la mejora del siguiente modelo. Pero en el segundo un señor está ganando dinero por decirle a otro a qué hora te afeitas por las mañanas. Que vale, que a lo mejor ese dato así solo no vale para nada, pero unido a millones de datos igual sí, vale una pasta. Y a ti la maquinilla te cuesta lo mismo. No se puede regular a la misma velocidad a la que se inventan las cosas. Estos avances se pueden aplicar también a las smart city y a la gestión pública. Además de buscarte aparcamiento te puede servir para utilizar mejor los recursos y aumentar la calidad de vida de la gente. Y supongo que para mucho más porque este tipo de cosas primero se crean y luego ya si eso se les busca aplicación. Muchas veces me pregunto cómo puede ser que estemos tan adelantados en ciertas cosas y tan atrasados en otras. Cómo podemos haber llegado a la luna y si embargo tenemos que seguir planchando la ropa cuando sale de la lavadora, unos publicistas son capaces de innovar hasta el punto de presentar un programa electoral como si fuera un catálogo de Ikea pero otros nos siguen vendiendo productos de limpieza con mujeres que vienen de futuro. Lo del catálogo tiene su punto, lo admito, pero estas elecciones me dan tanta pereza. Me dan pereza porque muestra la incapacidad de los partidos para ponerse de acuerdo, porque tenemos que volver a las urnas cuando ya dijimos hace meses lo que queríamos, porque con tantos avances alguien podía haber inventado ya el Multivac de Isaac Asimov, que con sólo una pregunta a un ciudadano, por aquello del factor humano, concluía qué partido ganaría las elecciones. Y es que según el gran computador del autor ruso-estadounidense la mayoría de los votos dependían de cómo se levantaba uno esa mañana. Pues tendremos que ver cómo nos levantamos, en mi caso será de maravilla gracias a un invento. Ahora tiene sentido la sonda en Marte y todas esas cosas. Me compré el invento definitivo, la cafetera programable. Ahora me levanto y tengo el café hecho. Esas cosas te dan la vida. A mí y a quien se tiene que cruzar conmigo antes de haber tomado café, claro. La conclusión es que los inventos, las ocurrencias, la creatividad, los planes, las estrategias deben servir para esto, para mejorar la vida de las personas, para arreglar desigualdades, para hacer que estemos contentos de estar aquí. Ese es el mejor programa electoral, esté en un catálogo o apuntado en un post-it.

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