«Sólo que viniera como turista uno de cada mil chinos...» es un cálculo que rebasaría la capacidad hotelera de Valencia y de muchos kilómetros a la redonda, porque estamos hablando de 1,3 millones de personas. Pero es una forma de expresar el que sería mejor resultado de reforzar los lazos con la ciudad china de Xi'an. Turistas y de buen nivel adquisitivo. Y detrás, socios capitalistas. Ayer, el alcalde Joan Ribó y el vicealcalde chino, Zhu Zhisheng, firmaban la declaración de intenciones para el hermanamiento. Aún cuando salían del despacho de alcaldía intercambiándose tarjetas, el primer edil valenciano insistía en que «es un tema que nos interesa mucho» a los asiáticos. Una ciudad que ayer se presentó como anti estereotipo chino: una ciudad tecnológica, limpia, universitaria y potente. De calidad.

Las relaciones entre ambas ciudades son obvias y vienen a cuento de las jornadas Valencia Ciudad de la Seda: Xi'an es el kilómetro cero y Valencia se ha incorporado como 9.090. Y en China lo tienen muy claro, a la ruta la la llaman «franja económica» y se refieren a la misma como un camino de verdadera colonización incruenta, a base de actuación económica. Joan Ribó ya anunció ayer que habrá intercambio de visitas a una y otra ciudad y, en ambos casos, con empresarios incluidos en la convocatoria.

Además, hay otras relaciones. «En Valencia hubo una industria fundamental en el Siglo XVIII como fue la de la seda, cuya ruta nace allí. Pero también estamos hablando de la pirotecnia, de los cítricos, que incluyen una fruta que se llama la "mandarín-a", igual que el cultivo del arroz. Por todo ello, hay muchas razones para potenciar la relación. La Ruta de la Seda, en el planteamiento de las autoridades chinas, es un elemento estratégico de conexión, y nosotros queremos estar conectados con el país que, dentro de muy pocos años, será la primera economía mundial». El alcalde piensa en que esta relación «puede impulsar el puerto, el comercio... y debería serlo también con el tren, como el que conectó Xian con Madrid, pero aquí estamos bloqueados en infraestructuras».