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Abuelas que salvan la vida

Abuelas que salvan la vida

Era temprano cuando Diego bajó del autobús, fue hacia la parte trasera del vehículo, besó la ventanilla, al otro lado del cristal, su chica sonreía como solo las mujeres enamoradas saben hacerlo. Diego se marchó feliz mientras le decía adiós con sus manos. Siempre fue un niño pobre. Hablar de pobreza significa señalar la falta de medios para poder cubrir las necesidades básicas, pero la pobreza también es una situación generadora de estrés que provoca fragilidad emocional, deficiente desempeño intelectual y abandono escolar. Esa podría haber sido una predicción realista acerca del futuro de Diego, el inevitable pronóstico para un niño en situación de riesgo de exclusión al que sus padres abandonaron. Afortunadamente aprendió a superar las dificultades, él es un buen ejemplo para los que defienden que la existencia de un trauma no necesariamente predice el futuro. Diego ha tenido la suerte de contar con el amor incondicional de su abuela. ¡Quién iba a pensar que podría superar el trauma de su abandono afectivo y que un día sería capaz de estudiar, de trabajar y de amar!

Boris Cyrulnik nació en Burdeos en el seno de una familia judía. Sufrió con la muerte de sus padres en un campo de concentración del que logró huir cuando sólo tenía seis años. El afecto y la solidaridad le salvaron. Estudió psiquiatría, psicoanálisis y neurología. También es experto en etología humana. Ha dedicado parte de su carrera al estudio de la infancia traumatizada. Sus trabajos le han permitido desarrollar el concepto de resiliencia, concepto que se ha puesto muy de moda y que ha sido utilizado en varios campos de la ciencia. En psicología, resiliencia se define como la capacidad de los seres humanos que estando sometidos a situaciones adversas, son capaces de sobreponerse e incluso de salir fortalecidos de ellas. Resulta interesante su aplicación en Trabajo Social pues permite analizar situaciones en las que un individuo es capaz de sobreponerse a las dificultades a pesar de estar expuesto a situaciones de riesgo. Hay investigadores que han llegado a contraponer los factores de resiliencia que enfrentan al riesgo, con los que protegen al individuo del mismo. En su opinión los factores que enseñan a superar situaciones difíciles son más potentes que los más tradicionales, aquellos que protegen al individuo del riesgo.

Cyrulnik recuerda una fábula de Péguy, es la historia de tres picapedreros, el primero de ellos, mientras golpeaba piedras, se lamentaba de la inutilidad de su trabajo y de los dolores lumbares que le provocaba. El segundo se mostraba satisfecho de tener un trabajo al aire libre que le permitía poder vivir con dignidad. El tercero afirmó: yo construyo una catedral. Con éste ejemplo vemos que realizando idéntica actividad, mientras el primero es un ser desdichado, el segundo experimenta bienestar, y el tercero es un hombre feliz, sin duda cuando se tiene una catedral en la cabeza, no se pica piedra de la misma manera.

Son necesarios factores protectores para desarrollar una personalidad resiliente como el afecto, la autoestima, la empatía, el sentido del humor, el sentimiento de autosuficiencia, la orientación hacia la resolución de problemas. Hoy sabemos que para poder ser capaces de superar la adversidad, es imprescindible también la presencia de un ser querido que nos brinde amor incondicional. Abuelas que salvan la vida, como la de Diego.

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