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RTVV

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Decía Ernesto Guevara, más conocido como el «Che», que una de las cualidades más importante de un revolucionario es sentir cualquier injusticia como propia. Por ello, siento como propio el maltrato laboral, político y social al que se está sometiendo a la plantilla de RTVV. De hecho, me atrevo a decir que no ha habido un conjunto de trabajdor@s tan usad@s y zarandead@s a la vez en la triste lista de despidos colectivos e individuales que este sistema neoliberal tiene a bien ofrecer en masa al altar del Dios todopoderoso del libre mercado. Una sociedad como la valenciana, cómplice en su mayoría hasta hace bien poco de las barbaridades del PP, se atreve no solo a juzgar, sino a exigir a la plantilla de RTVV lo que ella no hizo hasta que no hubo más remedio. Así, se les insulta afirmando que fueron enchufad@s por el régimen político del PP, que callaron ante la manipulación informativa, que no denunciaron los abusos que se cometían en su interior, que no se movilizaron hasta que se produjo el infame cierre de las emisiones por el anterior presidente Fabra, y, por tanto, no pueden exigir la readmisión cuando no se lo merecen, a pesar de que, paradójicamente, la gran mayoría ganó limpiamente. A esa sociedad valenciana que ahora se come el mundo y no cesa de repetir, con toda la razón por supuesto, que ya es hora del cambio, se le olvida que fue el cierre de RTVV lo que permitió las primeras movilizaciones masivas en todo el País Valenciano, pidiendo la dimisión en bloque del Consell del PP y la convocatoria de elecciones anticipadas.

Siendo en ese momento, cuando las encuestas comenzaron a torcérsele al PP hasta su estrepitosa derrota del 24 de mayo de 2015. Aún cuando el conjunto de las fuerzas políticas progresistas y de izquierdas nos comprometimos (desde Esquerra Unida hasta el PSPV pasando por CompromÍs y Podemos) en nuestros respectivos programas electorales, a la recuperación de los derechos laborales perdidos por l@s trabajador@s, entre ellos, evidentemente, sus puestos de trabajo, para empezar una negociación con el Comité de Empresa, much@s de l@s que votaron esas opciones ahora hacen como que no leyeron esa parte de los programas. Se les ha olvidado ya como se quedaban afónicos en las manifestaciones condenando el cierre de RTVV al que calificaban, ahí es nada, como de Golpe.

En realidad, a esa sociedad que estuvo dormida le molesta reconocer que dentro de la minoría que durante años luchamos contra las políticas del PP, se encontraba una parte de la plantilla de RTVV, que representada por sus sindicatos de clase y con una ejemplar unidad de acción, denunciaron durante años las órdenes dadas por altos cargos directivos, que sólo en el terreno de los informativos iría desde la visita del Papa, las cargas policiales en el Cabanyal, la imputación de Camps, a las instrucciones dadas después del accidente del metro.Por ello, después de haber luchado a su lado tantos años, me niego a abandonarl@s ahora. Mi compromiso con ell@s y mi conciencia de clase me lo impiden.

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