Aquienes no lo conocieron les resultará incomprensible con los cambios urbanos que en los últimos setenta años ha registrado Valencia. Pero, contemplando el espacio donde estaba situado el Mercado de Abastos, pensarán que inventamos; porque esa actividad comercial cotidiana ha cambiado bastante de escenario.

En los años cuarenta „del siglo XX„el Mercado de Abastos estaba situado en la calle de Guillén de Castro, a espaldas de la parroquia de San Agustín y recayente a la calle de Quevedo. Ese terreno lo ocupan hoy un cuidado jardín y el enorme edificio de la delegación del Ministerio de Hacienda.

No había problemas para la llegada de mercancías que venían de la huerta y de otros proveedores, pues el tráfico en las calles, en aquellos tiempos, era escaso, escasísimo. Allí podían llegar y estacionarse los carros, incluso alguna furgoneta y, en caso necesario, algún camión. Podían aparcar, descargar y, como ocurre siempre, mantener alguna conversación sobre los géneros depositados y la petición de nuevos servicios para días sucesivos.

Después, ya a primeras horas del día, acudían los vendedores de los demás mercados „Central, Colón, etc?„para abastecerse, aparte de que tuvieran por su cuenta proveedores directos de la huerta o de otros establecimientos.

Pero aquello no podía permanecer. En el centro urbano estaba un mercado abierto, al aire libre, que contrastaba con el entorno„ muy cerca de allí, frente a la parroquia de San Agustín, se construyó la espléndida casa llamada popularmente «la finca de hierro»„, por lo que se pensó en el traslado del Mercado de Abastos.

En el terreno que ocupó se montó un cuidado jardín „aún podemos verlo„ y en el resto el Ministerio de Hacienda levantó su delegación provincial, que está contigua a la calle de Quevedo. Y como la economía oficial y ciudadana ya había mejorado, se creó el nuevo Mercado en las calles de Alberique y Buen Orden, un complejo enorme que supuso una revolución hace más de medio siglo.

Pero, con el tiempo, el entorno se fue urbanizando mucho más y nuevamente el Mercado de Abastos estaba en medio de una zona muy habitada y de gran relieve. Por lo que se optó por cambiar nuevamente y trasladar „¡otra vez! „el Mercado de Abastos. Aquel impresionante inmueble se destinó a «complejo deportivo», habiéndose dedicado sus grandes instalaciones a espacios para deportes, actividades culturales y algunas salas incluso como dependencias policiales y docentes. Desapareció, pues, como tal el «Mercado de Abastos», y surgió, ya en las afueras del casco urbano, la que se denominó «Merca-Valencia», que confiemos en que dure por muchos años.