El accidente del metro ocurrido hoy hace 10 años, permanecerá en el recuerdo de tod@s aquell@s que lo vivimos y que compartimos el dolor de los familiares de las víctimas, de esas 43 personas que murieron y las 47 que quedaron heridas, algunas con secuelas de por vida. Pero además compartimos con ellas, primero el asombro y después el rechazo que provocó la gestión de aquel accidente por parte del Consell presidido por Francisco Camps.
El terrible accidente, se produjo la misma semana en la que València iba a recibir la visita del Jefe de Estado Vaticano, visita polémica desde el primer momento, y que cuyos gastos como es sabido han acabado en la Audencia Nacional. La visita de Benedicto XVI se producía en el marco de la celebración del Encuentro Mundial de la Familia. Probablemente, y como claro mensaje de cual iba a ser el compartimiento del conjunto de las autoridades del PP, no solo no se procedió a suspender aquella visita, como el luto obligado y la mínima solidaridad indicaban, sino que además, se iba a mantener por todo lo alto.
Así, a excepción de un mediático rezo del Jefe de Estado Vaticano a la entrada de la boca del Metro de la estación de Jesús, toda la visita continuó igual, con la manipulación brutal de RTVV, cuyos informativos (denunciados por el Comité de Empresa y por la izquierda presente en el Consejo de Administración), taparon deliberadamente cualquier noticia que pudiera empañar un acto de exaltación propagandística del PP, que no podía verse oscurecido ni siquiera por el accidente de Metro más grave de Europa.
Lo que siguió después fue aún más grave e inhumano. El Presidente Camps se negó de forma reiterada a reunirse con los familiares de las víctimas, se constituyó una Comisión de Investigación en las Cortes Valencianas, que en un tiempo record, y a pesar de las críticas de la oposición, cerró sus conclusiones responsabilizando en exclusiva al conductor de todo lo sucedido, negándose a profundizar cuales habían sido las causas reales del accidente. Tan lamentable actitud se dio en general en cuantas instituciones gobernaba la derecha, donde de forma invariable procedían a evitar cualquier solidaridad con los familiares, como se vio cuando el PP de Rita Barberá rechazaba ¡en 2013! una moción que presentamos desde la oposición para que se reabriera el caso.
Los familiares se vieron estigmatizad@s por un PP al que les molestaba su presencia, todos los días 3, en la Plaza de la Virgen, donde exigían que se hiciera justicia con una fortaleza moral estremecedora.
Al final su lucha se ha visto recompensada, y gracias a la derrota del PP, las nuevas instituciones han hecho, no solo justicia como indican las demoledoras conclusiones de la nueva Comisión creada en las Cortes, sino además la necesaria reparación humana con un colectivo, el de los familiares, que con medidas como el retorno del nombre original de la Estación de Jesús, la exposición en la sala Lametro, o el monumento a las víctimas junto a la estación de Torrent Avinguda, tendrán por fin el reconocimiento a diez años de lucha contra el silencio.
