El sindicato UGT y la concejalía de Cultura del ayuntamiento de Valencia no se ponen de acuerdo. sobre la gestión laboral de los monumentos y museos municipales. Porque si ayer, tal como publicó Levante-EMV, el sindicato denunciaba la falta de condiciones en algunos de los espacios emblemáticos, la contestación de la concejala Gloria Tello fue asegurar que no habían recibido ningún tipo de queja a través de su coordinador. Sin embargo, el sindicato replicó ayer que en el mes de octubre del pasado año presentaron un escrito con todo tipo de deficiencias que, hasta ahora, «no se han atendido en ningún caso».

Este particular cuaderno de quejas refleja, uno por uno, los problemas detectados en cada edificio. De todos ellos, efectivamente, es la Lonja el que se lleva la palma. Sobre todo, por el «problema de climatización de la sala», con oscilaciones entre 6 y 40 grados en invierno y en verano respectivamente. De hecho, en la réplica municipal se aseguraba que no se podía instalar aire acondicionado al tratarse de un edificio protegido (desde BICs a patrimonios de la Humanidad), cosa que el sindicado rechaza «porque no estamos hablando de un anexo realizado en el año 2014».

Palomas, teléfonos, taxis...

Entre las quejas que sostiene UGT figuran desde anidamiento de palomas en las Atarazanas a problemas de comunicación tan peculiares como el de las Torres de Quart: «para la comunicación entre salas y cuando se revisa las torres para su cierre existe un walkie talkie, pero no funcionan las pilas» o que «hay que reponer el teléfono fijo, habiendo un móvil con un saldo de 10 euros totalmente insuficiente», la necesidad de cuartos de aseo en el Tossal o que «en la plataforma elevadora para discapacitados hay una barra de seguridad que golpea en la cabeza a los usuarios» o que el funcionario del Palacio de la Exposición se le abone un taxi para el regreso tras actos nocturnos.

Las fuentes sindicales aseguraron que «no se han atendido las quejas presentadas».