El Grupo Popular en el Ayuntamiento de Valencia denunció ayer la «urgencia» con la que el equipo de Gobierno municipal está modificando el planeamiento de la Plaza Tavernes de la Valldigna para instalar en la sede del Centro Excursionista la futura biblioteca central. A su juicio, el objetivo final del tripartito es comprar este edificio a un banco por más de 1 millón de euros y favorecer a una entidad privada habiendo otras urgencias en la ciudad.

La Junta de Gobierno Local aprobó el viernes pasado el informe ambiental necesario para cambiar el planeamiento de la Plaza Tavernes de la Valldigna. El objetivo final de ese cambio es recalificar el edificio del Centro Excursionista y el solar municipal que hay a su lado para darles la consideración de suelo dotacional y montar allí la futura biblioteca central. Ese edificio ha sido embargado por una deuda de 1,4 millones y el ayuntamiento negocia su compra con el banco.

«Las prisas, la falta de transparencia y el interés del alcalde por la recalificación de este suelo nos parece cuanto menos sorprendente y fuera de lo que es habitual en estos trámites», dijo el concejal del PP Alfonso Novo, quien lamenta que haya «mucho interés en que esta gestión salga adelante» habiendo otras prioridades en Valencia para gastar ese millón de euros. «Parece que el tripartito es partidario de anteponer los intereses de entidades privadas „se refiere al Centro Excursionista„ al de las personas».

Prioridad, no urgencia

Por su parte, la concejala de Acción Cultural, María Oliver, aseguró que no hay urgencia en la tramitación ni se ha llegado a un acuerdo sobre el precio final de la compra. Eso sí, la instalación de la Biblioteca Central en el edificio de la Plaza Tavernes de la Valldigna sigue siendo una «prioridad» para el equipo de gobierno, ya que quiere tener una instalación de este tipo en el centro de la ciudad y porque le biblioteca de la Plaza de Maguncia se encuentra en un estado «lamentable». Finalmente, es una prioridad este proyecto porque allí se quiere trasladar la biblioteca Carles Ros para ceder su sede, la Casa Vestuario, al Tribunal de las Aguas.