Si el funeral fue intenso en su conjunto, las palabras de una de las sobrinas de Rita Barberá arrancaron las lágrimas de más de uno de los asistentes, incluidas las suyas propias. Recordó, en nombre de todos los primos, aquellos momentos de juego y disfraces con la denominada brigada antidestrucción. «Siempre estaba dispuesta a luchar contra la dificultad y a darnos ánimos», por eso «esperamos haberle devuelto en los últimos años todos aquellos buenos momentos», dijo. Para los jóvenes, que tuvieron una participación activa en toda la ceremonia, «esto no tenía que haber pasado». «Hoy no debías estar aquí», porque «quienes no te conocían y te han perseguido sin descanso, te han roto el corazón, han acabado contigo». Sin embargo, leyó, «todos se equivocaban». «No hay mayor prueba de tu grandeza que las innumerables muestras de respeto y cariño» que ha recibido la familia. «Descansa y cuidanos mucho a los que desde aquí nunca te olvidaremos. Gracias por darnos ejemplo. Gracias por ser siempre la tía Rita. Te queremos». (Llanto).