La concejala de Turismo, Sandra Gómez, y el secretario Autonómico de Turismo, Francesc Colomer, defendieron ayer la política desarrollada por las tres administraciones, incluido el estado a través de la Autoridad Portuaria de Valencia, en la captación de cruceros y cruceristas. Respondían así al artículo escrito por el director estratégico del Consorcio Valencia 2007, Ramón Marrades, que cuestionó esa política por dejar poco dinero en la ciudad, saturar algunas zonas de la misma e incluso ser una actividad altamente contaminante. Lo hicieron, en cualquier caso, enmarcando esa postura en un «debate normal» y mostrando «respeto» por todas las posiciones.

En concreto, Colomer dijo respetar «todas las opiniones y perspectivas». «Que la gente hable de turismo es positivo porque el turismo es el sector más importante que tenemos». No obstante, destacó la apuesta que se está haciendo por la política de cruceros y cree que el trabajo de las administraciones «es un esfuerzo que hay que valorar».

El secretario de Turismo advirtió de que el turismo de cruceros no es la única estrategia que se está siguiendo y que «existe un propósito firme de intentar rentabilizar al máximo la presencia de cruceros en la ciudad, saliendo de aquí, pernoctando y generando más economía».

Se trata, por tanto, de un estrategia más de la ciudad a la que, por otra parte, no se puede dejar de lado. A su juicio, «una ciudad mediterránea con puerto no puede renunciar a eso». Y a partir de ahí «hay que desdramatizar toda opinión». «Por mi parte, me parece todo correcto».

«No más polémica»

Sandra Gómez también advirtió de que es «una opinión personal, que respeto sin llevar la polémica más allá». «Esto es un debate sano que se debe dar en cualquier democracia, porque el turismo no es una cuestión para quedarse al margen».

Al igual que Colomer, la concejala aseguró que no se está apostando todo a los cruceros, sino que la intención es «situar a Valencia como un referente de congresos, una ciudad gastronómica, con un turismo cultural potente. Y de todas estas, una oportunidad son también los cruceros», precisó.

«Entendiendo que determinadas visitas no es que tengan la más alta rentabilidad, estamos trabajando para que los cruceristas bajen a Valencia y no visiten Valencia, sino que la experimenten, la consuman, que sean visitantes que entran en los comercios, que cojan nuestros taxis, que entren en el Mercado Central». «Dirigimos la oferta a unos sectores que sí son beneficiarios directos de estos visitantes», añadió Gómez, que recordó que también se quiere aumentar el tiempo de estancia de los cruceristas, bien situando a Valencia como punto de salida o bien haciendo noche».