Caixabank y BBVA, principales acreedores de la empresa Sidi Hoteles, propietaria antes de entrar en 2011 en concurso de acreedores del Sidi del Saler y de su hermano gemelo, el Sidi de Alicante, consiguieron el año pasado subastar este último establecimiento por 22,5 millones de euros. El hotel, ubicado en primera línea de la playa de San Juan, se derribará para construir viviendas de lujo y un nuevo resort.
Aunque la intención de los bancos sea igualmente vender el Sidi Saler, la operación no ha sido posible dada la compleja situación legal de este hotel de cinco estrellas construido durante los años del desarrollismo y que quedó en 1986 dentro del ámbito de protección del Parque Natural del Saler y más tarde, en 2007, dentro de la zona de dominio público marítimo.
Para hacer más atractiva la operación de venta del hotel, los bancos han iniciado el trámite para la obtención de la concesión del suelo que ocupa el hotel al Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, que ha recabado ya los informes de los organismos e instituciones interesados, entre ellos, el Ayuntamiento de Valencia.
Tal como informó este diario, el informe del Govern de la Nau ha sido contrario a la concesión instada por los bancos tanto por la situación de ilegalidad urbanística del edificio, declarado fuera de ordenación sustantiva, como por su elevado impacto ambiental sobre el parque natural, en especial, sobre la playa de la Garrofera, que ha retrocedido 36 metros en 40 años. La declaración de fuera de ordenación sustantivo por parte de la concejalía de Desarrollo Urbano que dirige el socialista Vicent Sarrià es casi una condena al derribo y supone una pérdida de valor sustancial .
Caixabank ha traspasado el activo del Sidi Saler a Building Center (su inmobiliaria) con la finalidad de comercializarlo. Las fuentes del BBVA consultadas no concretaron qué medidas se tomarán tras el informe contrario a otorgar la concesión del suelo del hotel por parte del Ayuntamiento de Valencia.
