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Política

València en Comú: ¿algo en común?

La formación, totalmente fracturada, se encamina hacia una asamblea reconstituyente La Coordinadora pide redifinir por completo qué es VALC - Podemos debate si continúa apoyando la plataforma y un grupo de simpatizantes pide su disolución

València en Comú: ¿algo en común?

Explicar la situación que atraviesa València en Comú (VALC) no es fácil. Ni siquiera los que de alguna manera forman parte de este «partido instrumental» tienen un argumento claro. La plataforma ciudadana que nació para impulsar políticas sociales y desbancar a la derecha del gobierno municipal con el apoyo estratégico de Podemos está desde meses en la UCI. Su pronóstico es muy grave y de hecho muchos de sus simpatizantes temen por su vida. Los últimos movimientos de las diversas sensibilidades en el seno de VALC tampoco ayudan a clarificar la crítica situación.

València en Comú se rompió a pedazos casi antes de empezar, cuando fue imposible el frente común de formaciones de izquierdas. Sin embargo, se creó el partido con urgencia para presentarse a las elecciones municipales de 2015 y aprovechar el viento a favor de cambio. Podemos dio su apoyo a la plataforma ciudadana, pero no se integró en ella. A pesar de las prisas y la falta de definición (organizativa, ya que la política está más clara), lograron tres concejales.

A grandes rasgos, la base de València es Comú esta formada por activistas sociales, un grupo de personas procedentes de Esquerra Unida y, la gran mayoría, simpatizantes de Podemos. Precisamente, el acceso al poder acabó por dinamitar internamente al partido, que se enzarzó en una dura batalla para decidir, por ejemplo, qué se hacía con parte del dinero de los concejales „finalmente destinado a proyectos sociales„ y la elección de los asesores, entre otras cuestiones.

La fractura entre la Coordinadora de València en Comú (formada por 10 personas y algo así como una ejecutiva) y el Grupo Municipal es un hecho. Existen reuniones entre ambos, pero la Coordinadora no es capaz de influir políticamente sobre el trabajo de los tres ediles „dos de Podemos y uno independiente„.

La situación, además, tiene otros dos condicionantes. Por una parte Podem València debate en su seno interno de qué manera quieren relacionarse con VALC, si busca una mayor representación en la plataforma y un modelo como el de Ahora Madrid, donde Podemos y Ganemos se reparten el poder interno; o si es mejor la opción de que Podem salte al ruedo de la política municipal.

Por otra parte, hace unos días medio centenar de militantes de Podemos lanzaba una ponencia que pide la disolución de València en Comú y su integración completa en Podem. De desmantelarse VALC, sus tres concejales en el ayuntamiento de Valencia pasarían al grupo de no adscritos, una opción poco estética desde el punto de vista político.

Ante esta última propuesta, la Coordinadora de València en Comú salió al paso con un comunicado asegurando que se ha de seguir adelante con una asamblea reconstituyente y un «no a la liquidación» de VALC.

Las posturas encontradas

Este periódico se dirigió ayer a los diferentes actores de este galimatías para que cada parte aclarara su posición. Mireia Biosca, representante de la Coordinadora, es clara. «Más bajo ya no podemos caer, hemos tocado fondo. Hemos cometido muchos errores y ahora debemos buscar las soluciones, por eso planteamos la asamblea reconstituyente. Lo que más nos preocupa de todo esto es la gente que nos votó, que está totalmente desconcertada», reconoció.

Biosca asegura que hasta el 13 de febrero se pueden hacer propuestas «organizativas, de comportamiento ético y políticas», de cara a la asamblea constituyente. Antes, el 2 de febrero, han de fijar la fecha para la asamblea. Aseguran que, de momento, ni Podem València ni el grupo de los 50 militantes que piden la disolución de VALC han presentado oficialmente ninguna propuesta.

Roberto Jaramillo, uno de los tres concejales con acta, miembro de Podem València, y cabeza visible de las posiciones más críticas con VALC, asegura que en breve se presentará el documento que pide la disolución del partido. Es rotundo en sus afirmaciones. «Desde que un grupo organizado tomó el control de València en Comú las cosas han ido a peor. Hay un conflicto importante y desde mi punto de vista, que no tiene porqué coincidir con el de los otros dos concejales, València en Comú no tiene solución, por eso pido su disolución».

Jordi Peris, independiente del Grupo Municipal y portavoz en el ayuntamiento, prefiere no posicionarse de momento, mientras que este periódico trató de recabar sin éxito la opinión de María Oliver, edil también afiliada a Podem.

Para Mireia Biosca, aunque València en Comú ha tocado fondo, el partido sí tiene solución. «Hay un poco de paranoia interna y parece que estamos todos contra todos, pero luego nos juntamos y nuestras posiciones no están tan alejadas. Hace falta lealtad y confianza para reconstruir el partido», reclama.

Para la portavoz de la Coordinadora, València en Comú necesita influir en las decisiones políticas de su grupo municipal, porque asegura que ahora mismo la plataforma «no puede hacer política» en el ayuntamiento, aunque reconoce que las acciones que están llevando a cabo los tres ediles «están en sintonía» con la dirección del partido. Además, Biosca espera que en la asamblea reconstituyente se aclare el papel que debe desempeñar Podem en el seno de VALC.

Se espera que Podem València también presente su propuesta a la asamblea reconstituyente, tras el debate interno que mantuvieron el pasado sábado.

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