La adjudicataria de la Piscina Valencia tiene previsto incorporar, además de los servicios habituales de estas instalaciones, un spa, saunas, baño turco y otras prestaciones que convertirán este espacio municipal en uno de los más atractivos de la ciudad. Se prevé una inversión de alrededor de 12 millones de euros para hacerlo realidad, aunque en la parte negativa hay que citar los plazos de ejecución de la obra, que son de doce meses y que pueden alargarse, proceso administrativo de por medio, hasta la segunda mitad del año que viene.
La adjudicataria de la reforma y gestión de Piscina Valencia „en su parte deportiva„ ha sido la compañía Demmero Group 21, al frente de la cual se ha situado Jesús Ferrer, uno de los yernos del empresario Juan Roig. Después de varios recursos y un parón por parte del Ayuntamiento de Valencia para revisar el modelo de gestión, el pasado otoño se confirmó la adjudicación y el pasado 4 de enero finalizó el plazo para presentar el proyecto de ejecución de obras.
Según fuentes municipales, la previsión es que la planta baja albergue la piscina de 25 metros y una piscina de enseñanza de 112 metros cuadrados. Además, en esta planta se habilitará una zona de relax con balneario, duchas bitérmicas, spa, saunas y baño turco, lo que le dará un plus de calidad a las instalaciones, concebidas en su momento como las más avanzadas de la ciudad.
En la entreplanta está previsto habilitar un solarium y se reserva para la primera planta la zona de gimnasio, con una sala polivalente de 300 metros cuadrados y una sal de fitnees de cerca de mil metros. La zona médico-nutricionista y de fisioterapia, así como una sala de spinning de 133 metros cuadrados, estarán en el altillo.
Y acompañando a los espacios deportivos habrá vestuarios, zona de espera para padres, zona administrativa y recepción. Para acometer estas obras, la empresa adjudicataria invertirá unos 12 millones de euros, pero después de dos años y medio de cierre, los plazos para su reapertura van lentos. Según explicó la concejala de Deportes del Ayuntamiento de Valencia, Maite Girau, ahora los técnicos municipales deben revisar el proyecto de ejecución de obras y dar el visto bueno, lo mismo que los bomberos respecto a los planes de seguridad.
Y será cuando todo esto se concrete cuando se pongan en marcha las obras, cuyo plazo de ejecución es de doce meses. Eso significa que la parte deportiva de Piscina Valencia no empezará a funcionar de nuevo hasta al menos el mes de septiembre de 2018, calcula la concejala. Tanto la parte deportiva como la parte de restauración, que incluye el Alameda Palace y el restaurante Les Graelles, también adjudicada, permanecen cerradas desde el verano de 2014, es decir, que si la parte deportiva se vuelve a abrir a finales de 2018 se habrán cumplido cuatro años de cierre de una de las instalaciones municipales más emblemáticas de la ciudad.
El Ayuntamiento de Valencia utilizó el Alameda Palace como referente de sus celebraciones, sobre todo en Fallas, aunque luego la deuda acumulada por los anteriores gestores, la familia Barrachina, les obligó a retirar la concesión y hacer una nueva.
