El director general del Consorcio, Vicent Llorens, abogó ayer por abrir un debate sobre el turismo de cruceros. «Es necesario hablar abiertamente de los beneficios que genera para la ciudad», destacó Llorens, que ayer asistió como invitado al programa de Levante TV «Halcones y Palomas» para hablar de la situación de la Marina Real Juan Carlos I. En este sentido, el director general de la marina, que está a punto de cumplir un año al frente del Consorcio, reclamó a la Autoridad Portuaria de Valencia que haga públicas las cifras reales de los cruceristas, «no solo de los que llegan a la ciudad sino de los que bajan del barco». Ya fuera de cámara, el director general de la marina y experto en estrategias de dinamización de espacios urbanos, aseguró que apenas un 30% de los turistas que llegan a bordo de los cruceros desembarca.

Según explicó Llorens, la mayoría de cruceristas se queda a bordo porque ese es el negocio de las compañías que operan los cruceros. Eso y las excursiones programadas, que según reveló Llorens en el caso de Valencia no es la Ciudad de las Ciencias ni la Lonja sino la visita a la cuevas de la Vall d'Uixò, donde las operadoras obtienen mayores porcentajes de beneficio. Una circunstancia que, para Llorens, deberían dar pie a una reflexión sobre «cómo gestionamos el turismo de cruceros». «La culpa de no saber atraer a estos turistas es de todos, incluido el Consorcio por no ofrecer algo atractivo para que bajen del barco». «Cruceristas sí, pero que sean rentables», remachó.

Llorens respondía así a las preguntas de los contertulios sobre la polémica suscitada por el artículo publicado por el director de estrategia económica del Consorcio, Ramón Marrades, en Valencia Plaza donde aludía a la inconsistencia económica del turismo de cruceros y cuestionaba la decisión del puerto de seguir con la ampliación de la terminal de cruceros, posicionándose en contra de la línea del ayuntamiento y de la Fundación de Turismo.

En relación a las consecuencias de la investigación abierta por la Comisión Europea por competencia desleal al Consorcio por las ayudas públicas que recibe, Llorens aseguró que no afecta a los planes de ampliación de los amarres. Llorens recordó que el club náutico que les ha denunciado ya puso una reclamación en la Comisión de la Competencia de la Generalitat que fue archivada.

Llorens se mostró optimista y convencido de que en esta legislatura se resolverá el problema de la deuda del Consorcio, asumiéndola el Estado, y la nueva figura de gestión de la marina. La deuda de más de 400 millones de euros con el ICO para las obras de la Copa del América es inasumible por el Consorcio, un organismo poco operativo para gestionar la marina, donde, a juicio de Llorens, «ha faltado entusiasmo y unanimidad» como la hubo en la regeneración de la Ría de Bilbao.

Una de las medidas que impulsa el Consorcio para atraer público a la marina real es mejorar la integración de este espacio con la ciudad . Para ello Llorens volvió a reivindicar la remodelación de la avenida del puerto, una autopista urbana con cinco carriles que no es agradable ni invita a pasear».