En Ciudadanos damos la bienvenida al anillo ciclista, puesto que es una apuesta importante por la sostenibilidad en la movilidad en Valencia y mejora las condiciones de conexión y seguridad de los ciclistas en la ciudad.

Nos hubiera gustado que el tripartito hubiera tardado menos en la puesta en marcha del mismo, pero el replantear el primer proyecto, entendemos que por motivos principalmente ideológicos, ha sido perjudicial para los plazos finales.

Si nos ceñimos al periodo de planificación y ejecución, nuestras críticas van dirigidas al concejal Giuseppe Grezzi, quien una vez más, ha sido fiel a su estilo de enfadar en un momento dado a todos los colectivos implicados: automovilistas, taxistas, comerciantes de Colón, motoristas, vecinos de Guillem de Castro, e incluso la Policía Local, al no contar con ellos en aspectos básicos de seguridad.

Pero las molestias no han sido sólo por algunas fases de las obras, sino por no dialogar lo suficiente, no dejar participar en la toma de decisiones a los ciudadanos, como en la reordenación de Colón, y no prever situaciones que pudieran darse como, por ejemplo, la definición inicial de las zonas de carga y descarga.

Mirando al futuro, desde nuestro grupo municipal creemos que existen algunas incógnitas que deberán resolverse, y que van a depender de una actitud menos sectaria y una mayor capacidad de diálogo y gestión por parte de Giuseppe Grezzi. Conociendo sus actuaciones en general poco reflexivas y el historial que el mencionado concejal ya acumula, ahí nos tememos los principales problemas.

En primer lugar, será necesario analizar y resolver con solvencia y agilidad los problemas que van a surgir en los puntos de potenciales retenciones de tráfico o seguridad en la interacción coche-bicicleta: Tetuán, Guillem de Castro, Blanquerías, Alfonso el Magnánimo y el Puente de la Trinidad, así como la gestión de todos los cruces en los que la nueva «prioridad ciclista» va requerir de un tiempo de adaptación por parte de todos los ciudadanos.

En segundo lugar, el mayor o menor uso del vehículo privado en Valencia depende y dependerá de una buena oferta de medios de transporte alternativos y de la capacidad de interconexión modal que presente Valencia. En este aspecto Grezzi está fallando, por ejemplo con la oferta de servicio de la EMT y con la mínima puesta en marcha de aparcamientos disuasorios. Además, nos tememos que pueda cortar arbritraria e impulsivamente el tráfico de la ronda interior cuando se produzcan previsibles retenciones, sobre todo en fines de semana, resultando perjudicial para los intereses de los ciudadanos y de los comercios.

En tercer lugar, a pesar de que el anillo ciclista mejora la seguridad de los propios usuarios, si el concejal de movilidad lleva a cabo su intención de permitir mediante la nueva Ordenanza a los ciclistas circular por dentro del carril bici y por fuera a la vez en el mismo viario, esta situación en Colón, Guillem de Castro y Blanquerías, con el anillo ciclista inaugurado, sería muy lesiva para la seguridad vial y para la fluidez del tráfico, y un atentado al sentido común.

En cuarto lugar, el reto de hacer partícipe a todos los ciudadanos de las ventajas de una ciudad más sostenible debe realizarse desde el diálogo, el consenso, la pedagogía y la escucha activa. Se trata de tener un canal de comunicación constante con la ciudadanía y poner en marcha seriamente una Agencia de la Bicicleta que ejecute acciones bajo el paraguas de un plan director conocido y compartido por todos los valencianos. Una Agencia que tenga una composición transparente y abierta a todas las sensibilidades.

Giuseppe Grezzi no puede huir o enfrentarse a lo diverso o diferente, sino enriquecerse con ello y ponerse al servicio de una mejor convivencia y concienciación social por las ventajas de la bicicleta en Valencia.