El juzgado de Instrucción número 16 de València ha archivado la querella presentada contra el concejal de Comercio, Carlos Galiana, por la que un empresario le acusaba de prevaricación, pues aseguraba que había aplazado el desahucio de un puesto que no pagaba su cuota mensual y permitía con ello un traspaso de la parada que habría supuesto un beneficio para el infractor. El juez apunta en el auto que se trataba de una previa resolución de extinción de la concesión que causa un gravamen al administrado y una resolución de rehabilitación que no es contraria al ordenamiento jurídico. Por ello, el juez que no ve «indicio alguno de prevaricación».

La empresa denunciante es Super-Gourmet que mantenía un litigio con el ayuntamiento por haberle retirado la concesión de un bar en la parte exterior del complejo. En el marco de ese litigio, esta empresa habría mirado el estado de las otras concesiones y encontrando, aseguraban, una supuesta prevaricación, que trasladó al juzgado en forma de querella contra el concejal y dos técnicos de mercados.

El concejal Carlos Galiana explicó ayer que a esta persona «se le quita la parada por expedientes que llevan desde 2008, por irregularidades, por incumplimiento continuado de la ordenanza. Él estaba acostumbrado a que se solucionaran las cosas de otra forma. Nosotros en septiembre de 2015 tras una inspección sanitaria, intentamos hablar con él porque su epígrafe no coincidía con su actividad».

«Se negó en rotundo y en febrero de 2016 se le quitó la parada por incumplimiento reiterado de la ordenanza municipal. Él hizo todo tipo de recursos, puso la querella,que fue desestimada y la segunda porque es una obsesión personal», aseguró Galiana, quien añadió que «las puso por unos traspasos» ajenos a él en el Mercado Central.

Según Galiana «una persona había dejado de pagar y se le informó de que se le iba a quitar la parada y antes de ejecutar la orden, esa persona se puso al corriente de pago e hizo un traspaso». «Es el procedimiento habitual en el ayuntamiento. El auto dice que se puede discutir si es lo peor o lo mejor pero que es un acto habitual, y que no hay prevaricación. Es indiscutible».

Puso su cargo a disposición

Galiana desveló ayer que llegó a ofrecer su cargo al alcalde de forma temporal, una idea que no prosperó por el apoyo de Ribó. Galiana destacó ayer: «siempre he dicho que esto era una cuestión administrativa». «Su expediente viene de 2008. No he venido yo a cerrar un local porque quiero. En esta ciudad había un poco de caos en muchas cosas. Nosotros estamos poniendo orden en expedientes y hay gente que le molesta que pongas orden, pero la ley y las ordenanzas son igual para todos», sentenció.