Música a todo volumen y jóvenes deambulando con los efectos del alcohol haciendo mella en ellos. Eso era lo que se encontraban aquellos que ayer, día de celebración para todos los padres, se acercaron al cementerio parroquial de Benimaclet a velar por sus familiares ya fallecidos en este emotivo día. Una fiesta «rave» organizada de forma ilegal en la zona de escombreras situada junto al camposanto y la alquería Serra de València congregó a más de medio millar de asistentes la noche del pasado sábado y al cierre de esta edición todavía algunos seguían celebrando en este descampado de la ciudad unas Fallas alternativas.

«Anoche esto estaba a tope, la policía lo sabe pero están ocupados con otras cosas», se jactaba uno de los asistentes, aunque a la vez se mostraba consciente de que en cuanto se conociera la noticia y una vez finalizadas las fiestas falleras tendrían que «desmontar el chiringuito». «Aquí vamos a estar hasta que el cuerpo aguante y se acabe la cerveza», añadía otro de los jóvenes, venidos de distintas partes del país.

Aunque ninguno de los asistentes quería concretar cómo les había llegado la convocatoria de esta fiesta o había tenido conocimiento de la misma (otros ni siquiera estaban en condiciones de responder), según ha podido saber este periódico varios de ellos habían recibido mensajes de WhatsApp en los que se anunciaba la fiesta para la noche del día 18 de marzo, con conciertos de música punk y rap, y bebida asegurada.

«A mí no me gusta la música que ponen por ahí y esto es gratuito, no molestamos a nadie», argumentaba una joven que había decido hacer un pequeño paréntesis para comer algo, aunque no descartaba retomar luego la fiesta. «La gente está muy pasada y como no te vayas vas a acabar mal», advertía otro de los asistentes insistiendo en que no se tomaran fotografías.

Respecto a lo de no molestar a nadie, algunos vecinos que se acercaron ayer a llevar flores a sus padres ya difuntos tienen una visión muy distinta. Los bafles de los altavoces estaban situados junto al muro lateral del citado cementerio, a escasos metros de los nichos donde reposan los restos de sus familiares, lo que consideraron una falta de respeto hacia éstos. «Un cementerio debe ser un lugar tranquilo, sin ruidos y mucho menos música machacona, donde poder recordar a las personas que nos dejaron», criticó una mujer que prefirió no dar su nombre para evitar problemas.

La Asociación de Vecinos de Benimaclet ya había advertido en anteriores ocasiones de las fiestas ilegales que se celebran con cierta periodicidad en la alquería Serra, protegida por el Ayuntamiento como Bien de Relevancia Local (BRL), como ya informó Levante-EMV hace un par de años. En esta ocasión además de ocupar los alrededores de la citada alquería la macrofiesta se ha trasladado a una superficie de escombros que permanece tapiada junto al cementerio. Los asistentes accedieron a través de un pequeño agujero en el muro. «Nosotros hemos venido a escuchar la mascletà», bromeaba uno.