El día rompe pronto el Domingo de Resurrección con las procesiones matinales, en las que las imágenes de la Virgen se reencuentran con los cristos ya resucitados. Con la nueva indumentaria, blanca, la madre descubre la vuelta a la vida de su hijo. Son momentos emotivos para hermanos y cofrades. Las cuatro parroquias celebraron este acto. San Rafael, con personajes de carne y hueso; las otras tres, con las dos Dolorosas y la Virgen de la Soledad.

En Santa María del Mar estuvo precedido de un homenaje a los difuntos en el mar a cargo de la Cofradía de Jesús de Medinaceli con su imagen del Cristo Resucitado, para encontrarse con la Dolorosa en las Atarazanas.