El portavoz de València en Comú en el Ayuntamiento de València, Jordi Peris, anunció ayer su dimisión de todos los cargos y la renuncia al acta de concejal cansado de «luchas internas, intrigas y las deslealtades» dentro de su formación, circunstancias que le impedían cumplir con «rigor» la función para la que fue elegido. El momento, en cualquier caso, lo han marcado circunstancias personales, dijo, concretamente la necesidad de cuidar a su familia, sin concretar más. Con Peris, deja también el cargo de asesora Aurea Ortiz.

En estos dos años de mandato, Jordi Peris ha sido portavoz de València en Comú, uno de los tres socios del Govern de la Nau, segundo teniente de alcalde y responsable de Participación Ciudadana. Ha sido uno de los concejales que ha alentado los presupuestos participativos o los cambios en las Juntas de Distrito, pero los problemas internos de su formación han ido minando su fuerzas.

«Las razones de mi dimisión tienen que ver -explicó Peris- con la dinámica que hemos vivido en la organización política, con continuas luchas internas que lastran el atrabajo en el ayuntamiento». «Los ataques, intrigas, deslealtades y luchas internas por el poder han sido continuas y eso no es compaginable con el trabajo digno que vinimos a hacer», precisó.

Además, «en las últimas semanas Podemos tiene una hoja de ruta y yo no forma parte de esa ruta», dijo Peris en referencia a la propuesta de la formación morada para sustituirlo por su compañera María Oliver en la portavocía municipal. Según Peris, desde la última asamblea del mes de marzo, Podemos es parte importante de València en Comú y eso ha influido en esta decisión. A su juicio, «lo más coherente es dejar los cargos y que otras personas tomen las riendas».

El ya exportavoz municipal explicó que su idea siempre había sido agotar la legislatura, pero cree que «no se dan las condiciones para desarrollar el programa» que defendieron en su día. «No quiero aferrarme al cargo, quiero ser honesto con quienes nos votaron», declaró.

Circunstancias personales

En cualquier caso, el momento para anunciar su dimisión lo han marcado sus circunstancias personales. Después de hacer un alegado feminista en defensa del reparto igualitario de roles en la familia, defendió, sin dar datos precisos, su decisión de asumir el rol de cuidador.

Dicho eso, Peris no tuvo empacho en decir que «València en Comú ha fracasado». Los objetivos con los que nació fueron «ejercer de plataforma ciudadana y espacio de confluencia de las entidades de izquierda», pero «no lo hemos conseguido», dijo. «Se han reproducido los vicios de la izquierda tradicional y de la vieja política, con luchas internas, intrigas y deslealtades. València en Comú no se parece en nada a la que fue a las elecciones. Llevo dos años resistiendo y podría resistir otros dos, pero es el momento de reconocer que no vine a la política a hacer esto», argumentó.

Peris recuerda que tras la asamblea reconstituyente celebrada en marzo pensó que las cosas cambiarían, pero una vez más reconoce que se equivocó. «Las luchas internas siguen por encima de todo», sentenció.

Junto a Jordi Peris compareció su asesora y secretaria del grupo municipal, Áurea Ortiz, quien denunció los mismos vicios dentro de la formación y aseguró que «no hemos venido a resistir». «Si aquí no hay sitio para Jordi, para mi tampoco», dijo.