Desde 1823 están documentadas las Corregudes de Joies de Pinedo, una exhibición de carreras de caballos en la playa en la que jinetes y amazonas compiten por el honor de ser los más rápidos sobre la arena del mar y por llevarse una «joia», un pañuelo con el que se premiaba antiguamente al mejor.

La playa de la Creu de la Conca de Pinedo cerró ayer una nueva edición -ya cerca de la mágica cifra de las 200- con una importante presencia de público y la participación de nueve caballos montados por ocho jinetes (Marco, Pedro, José Mira, Brai, Mario, Valentín, Juanfran y Juan) y una amazona, Coral. La organización, este año con personas que han estado toda la vida vinculadas a la fiesta y la ayuda del Ayuntamiento de València, decidió reforzar el carácter de la exhibición y no declarar un ganador. Eso sí, hubo placa y pañuelo para todos. La tradicional exhibición sigue reclamando que se declare como Bien de Interés, una petición tramitada pero no aprobada aún. PP y Ciudadanos reclamaron ayer que se avance en el proceso.