La protectora Modepran, que gestiona el refugio municipal de Benimàmet, lanzó un mensaje por las redes sociales alertando de un brote de moquillo que ha afectado, por el momento, a 10 perros. Los responsables de la entidad han decidido decretar una cuarentena en las instalaciones y han solicitado ayuda a la ciudadanía para comprar equipajes para la desinfección y medicación.

El Ayuntamiento de València desconocía ayer de manera oficial este brote ya que, aseguran, ningún responsable de Modepran se ha puesto en contacto con la Concejalía de Bienestar Animal. Así, la delegación que dirige Glòria Tello enviará hoy a los veterinarios municipales para que inspeccionen el brote y decreten las medidas sanitarias que consideren oportunas.

Este periódico se dirigió ayer a Modepran para conocer el estado real de la situación, pero los responsables de la protectora declinaron hacer declaraciones ni dar explicaciones porque, según señalaron, «la concejalía nos ha prohibido comunicarnos con los periodistas». «Debéis preguntar a ellos sobre lo sucedido, pero ya están avisados de la situación», aseguró una trabajadora.

En las instalaciones de Modepran estaban ayer trabajando varios voluntarios, aunque la puerta principal permanecía medio cerrada. Modepran ya avisó que el pasado 11 de agosto que no recogería más animales debido al riesgo de contagio de moquillo. «Necesitamos casas de acogida para poder albergar a los animales que desgraciadamente no podamos recoger durante este período de cuarentena», explicaron.

Investigación en marcha

Desde la Concejalía de Bienestar Animal mostraron ayer su sorpresa por el hecho de que Modepran está solicitando ayuda para costear las curas y explicaron que en el convenio -que en estos momentos se encuentra caducado pero en vigor hasta la entrada de un nuevo gestor- se especifica que Modepran ha de hacerse cargo de todos los tratamientos. Reciben 420.000 euros anuales por la gestión del refugio, el cuidado de animales y su recogida. La protectora, a través de su Facebook, explicó que tienen «un gasto veterinario que nos desborda».

La concejala de Bienestar Animal, Glòria Tello, aseguró ayer que tan pronto ha sido conocedora del posible brote, ha ordenado que se personen los veterinarios municipales para esclarecer los hechos. Desde su retiro vacacional, la edil explicó a este periódico que lo principal «es abrir una investigación y esclarecer los hechos».

«El Ayuntamiento tiene que garantizar que el centro se encuentra en condiciones óptimas necesarias y que la empresa que lo gestiona, a día de hoy, mantiene las instalaciones en las condiciones higiénicas necesarias que garanticen que los animales están bien», señaló la concejala de Compromís.