La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de València aprobará hoy el grueso de las ordenanzas fiscales para el año 2018, es decir, los impuestos municipales del año que viene, que quedarán «completamente congelados» para los contribuyentes normales pero que introducirán una tasa para las conducciones eléctricas, de gas, de teléfono etc. Concretamente, se pone una tasa a las grandes compañías por las conducciones que atraviesan el término municipal de València y que no tienen como destino la capital.
Según explicó Ramón Vilar, concejal de Hacienda del Ayuntamiento de València y responsable de presupuestos, el año que viene seguirán congelados todos los impuestos municipales (Impuesto de Bienes Inmuebles, Impuesto de Actividades Económicas, Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras, Plusvalías e Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica).
Pero habrá una nueva tasa para aplicar. Si en los dos años anteriores se incrementó o se redistribuyó la carga sobre los establecimientos comerciales cuyos locales superaran los 250.000 euros de valor catastral y sobre las terrazas del centro de la ciudad, este año se ha puesto la mirada en las grandes compañías eléctricas , telefónicas y gasísticas. Concretamente, se pondrá un impuesto a las conducciones que pasen por el término municipal de la ciudad, una tasa que ya se ha implantado en otras ciudades y que ha tenido que resolverse finalmente en los tribunales.No será una gran cantidad la que se recaude, pero Ramón Vilar calcula, «siendo muy conservadores», calcula que puede aportar unos 700.000 euros a las arcas municipales.
Por lo que se refiere a las plusvalías, un impuesto que el Tribunal Constitucional ha prohibido cuando en la operación de compraventa del inmueble no ha habido un beneficio, Vilar aseguró que no habrá un gran problema. No alterará sustancialmente los más de treinta millones que se recaudan por este concepto y que durante unas semanas estuvo en el aire.
En este sentido, el concejal de Hacienda recordó que hay que demostrar que no se produjo ese beneficio y en última instancia asegura que el dinero que tenga que devolver el ayuntamiento se le repercutirá posteriormente al Gobierno central, al que responsabiliza del supuesto cobro indebido.
Se mantiene el presupuesto
Finalmente, se mantienen las ventajas para los vehículos que sean más respetuosos con el medio ambiente, particularmente los vehículos eléctricos, cuya implantación es uno de los objetivos de todas las administraciones en detrimento de los coches diesel. En su conjunto, la previsión del Govern de la Nau es tener unos ingresos globales (presupuesto municipal) en el año 2018 de entre 780 y 785 millones de euros, una cifra ligerísimamente inferior a los 786 millones del presupuesto de este año. Se trata, en cualquier caso, de los presupuestos más altos de los últimos ejercicios, aunque probablemente unas décimas porcentuales inferior al del año en curso.
