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La situación del barrio

Velluters se sumerge en su peor pesadilla

Los problemas se acentúan en el antiguo barrio chino de la ciudad, con continuos robos, tráfico de drogas, peleas, broncas en la calle y prostitución

Velluters se sumerge en su peor pesadilla

Velluters ha entrado en una peligrosa espiral en la que la calle Viana se ha convertido en un agujero negro que se traga la dignidad humana y un edificio de titularidad pública en la calle Teixidors es el faro que atrae el sucio negocio de las drogas. La situación comienza a ser insostenible para muchos vecinos del barrio. En los últimos tiempos se han disparado los robos, el tráfico de estupefacientes, el consumo en la vía pública, las peleas y las broncas a altas horas de la madrugada y se mantiene, como seña de identidad del llamado barrio chino, el negocio de la prostitución. Por si faltaban ingredientes a este lamentable relato, la suciedad se dispara los fines de semana y las personas sin techo siguen colonizando patios de edificios, negocios privados o parques.

El Pilar su nombre administrativo; Velluters el histórico y el que arrastra un historial marcado por la degradación imparable del barrio. Detallamos algunos ejemplos del día a día recogidos entre los vecinos. El jueves pasado un yonki reventaba la luna de un coche para robarle un radiocasete que más tarde mal venderá en el rastro. Fue en la calle Recaredo, donde en el garaje de una promoción de viviendas públicas también entraron a robar la semana anterior. El domingo ardía por segunda vez en poco tiempo un contenedor junto al parque infantil de Guillem de Sorolla. En el mismo lugar, ayer una pareja se pinchaba su dosis de heroína a plena luz del día y dejando rastros de sangre y las jeringuillas abandonadas. En Viana con Editor Manuel Aguilar los gritos entre clientes y prostitutas se han convertido en la banda sonara de las madrugadas, con varios avisos a la policía por auténticos desacatos en la calle. De vez en cuando, alguna pelea pone el broche a la indecencia.

Ayer, en la plaza Viriato con Teixidors actuaban los bomberos por un incendio en un edificio del Ivvsa tomado desde hace meses por narcotraficantes y camellos. El pasado domingo algunas de las calles del barrio apestaban a orín, mientras papeles, botellas y bricks se iban arrinconando en algunas fachadas. También durante el fin de semana, los jardines del antiguo hospital parecían un albergue al aire libre debido a la cantidad de personas sin techo que lo frecuentan, por no hablar de los que se instalan en el calle del Bany.

Todo esto y mucho más es el día a día de Velluters. María José Volta, de la Asociación de Vecinos El Palleter de Velluters, asegura que la situación en el barrio «se está desbordando». Trini Piquer, de la Coordinadora d´Entitats de Ciutat Vella también confirma el grave pronóstico: «La situación ha empeorado bastante».

La comisaría de la Policía Nacional cierra por las noches, y Piquer asegura que en los últimos tiempos se han producido un aluvión de denuncias vecinales «para pedir que se dote de más personal al servicio». Volta, por su parte, lamenta que ha desaparecido la policía de barrio. «Antes patrullaba más la Policía Local que la Nacional, ahora incluso es al revés, pero sin agentes por la noche».

Para Piquer es imprescindible «acabar con el problema de salud pública» que se vive en la calle Viana. La Coordinadora pide la clausura de todos los negocios relacionados con la prostitución. Del edificio ocupado público de Teixidors, convertido en un centro de distribución de drogas, exigen su cierre, desinfección y custodia para erradicar estos delitos.

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