El debate puramente político lo protagonizaron ayer los tradicionales insultos y agresiones verbales que se escuchan durante la Procesión Cívica del 9 d'Octubre. El equipo de Gobierno llevó una moción que promovía «una convivencia libre de violencia en la ciudad», texto que incluye la condena de todos los actos violentos, la personación en los delitos de odio que se puedan producir en ese marco y el aviso a las entidades sociales y clubes de fútbol para que persigan determinados comportamientos fascistas. Y se citan expresamente los insultos y agresiones verbales que se producen en la Procesión Cívica.

El portavoz de Ciudadanos, Fernando Giner, hubiera preferido, según dijo, que se aprobara lisa y llanamente la declaración consensuada y aprobada ya en las Corts Valencianes, pues ir a otra cosa sería agriar el debate. Y así fue, porque el PP, que dijo en todo momento condenar cualquier tipo de violencia, se remontó años atrás.

«Dicen ustedes de condenar escenas de violencia verbal en las calles, pero ¿a qué año se refieren? ¿Por qué cuando estaban en la oposición no pedían esto? Nosotros condenamos el fascismo, pero ¿y los antisistema, los antidemócratas?», preguntó el concejal popular Eusebio Monzó, quien por otro lado, aseguró sentir «miedo» cuando hablan de personarse en casos de delitos de odio. A su juicio, «no se puede utilizar a los funcionarios para esto». «¿Por qué no se personaron cuando insultaban a Rita Barberá?», se preguntó una vez más.

Ante estas cuestiones, la concejala de Igualad, Isabel Lozano, simplemente dijo que no entraría en el «y tu más». «Lo único que queremos es condenar cualquier tipo de violencia, venga de donde venga. Es un tema sin partidismo. la gente nos pide que seamos un ejemplo de unión en esto», aseguró Lozano. Finalmente, se aprobó la moción y una declaración como la de las Corts.