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Tiendas de lujo

Las nuevas fronteras de la Milla de Oro

La ocupación de locales comerciales sube al 80 % en Poeta Querol - Las tiendas de lujo dicen que la nueva política de movilidad y el turismo «low cost» amenaza la recuperación

Las nuevas fronteras de la Milla de Oro

La Milla de Oro de Valencia empieza a levantar cabeza y, aunque los dueños de las exclusivas tiendas de la zona formada por el eje Poeta Querol, Marqués de Dos Aguas y la plaza del Patriarca aseguran como una letanía que «nunca volverá a ser como antes», la mayoría da por superados los peores años de la crisis, esos en los que casi el 50% de los locales comerciales estaban vacíos y los alquileres bajaron a la mitad. Cerraron entonces Bulgari, Montblanc, Tommy Hilfiger e incluso la firma francesa Hermès, emblema de moda y accesorios de lujo, que se fue hace ahora un año porque, dicen, «no tenía público» en València. Otras grandes marcas no echaron la persiana por una cuestión de imagen y aguantaron el tipo como pudieron.

Lo de esta calle ha sido «una catástrofe», asegura Sara, una galerista de la zona que lleva a artistas de primer nivel como Miquel Navarro , Horacio Silva y Armengol. La dueña de la galería de arte Shiras apunta que el sector del lujo se ha recuperado, pero ahora «necesitamos estabilidad». «Los extranjeros han visto que en València hay calidad y están apostando por ella», afirma.

La Milla de Oro «noble» de València se recupera con un nivel de ocupación actual en torno al 80 %, según explica Alain Tabernero, consultor inmobiliario del sector de alta gama, aunque todavía quedan locales vacíos, como el de Nespresso. Durante los años de la crisis, explica Tabernero, el sector del lujo se ha trasladado a otras calles céntricas de la ciudad como Jorge Juan y Hernán Cortés. La Milla de Oro ha redefinido sus fronteras físicas trasladándose al entorno recientemente reurbanizado con aceras más amplias y sin bordillos de Cirilo Amorós-Hernán Cortés y también al Mercado de Colón.

El motivo es que estas zonas tienen más tráfico peatonal, están en pleno circuito del «shopping», mientras que Poeta Querol y Marqués de Dos Aguas no tienen (y muchos comercios tampoco lo quieren) tanto paso de gente. «Son calles más elitistas», subraya Tabernero y «por eso precisamente les está costando más recuperarse». «Falta una marca potente» que reactive definitivamente la zona, añade este experto inmobiliario, quien llama la atención sobre el hecho de que quienes están aprovechando para posicionarse en la Milla de Oro al socaire de unos alquileres más competitivos no son solo marcas de lujo, sino los negocios chinos «low cost».

Los chinos, en Poeta Querol

El pasado verano, tal como informó este diario, se instaló en Poeta Querol el primer bazar chino de la zona. Las tiendas de lujo ven la irrupción del «low cost» como una amenaza. Tienen claro que el turismo de bajo coste, como el de los cruceristas, que «vienen con todo pagado y no dejan nada en la ciudad», no es su público. Así lo explica la secretaria general de la asociación València Excellence, Laura Gallego, que reivindica ante las instituciones una apuesta más decidida por el turismo de calidad. «Corremos el peligro de convertirnos en un destino para despedidas de solteros», advierte la portavoz de esta asociación que aglutina a medio centenar de establecimientos de alta gama (tiendas, restaurantes y hoteles) de la ciudad.

La Milla de Oro empieza a ver la luz al final del túnel aunque la nueva política de peatonalización del centro histórico supone un nuevo desafío. Así lo advierte Gallego, quien asegura que la recuperación de esta zona puede verse comprometida por las nuevas políticas de movilidad del ayuntamiento. La última medida anunciada por el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, es el desvío del tráfico de la calle de la Paz por Poeta Querol y Marqués de Dos Aguas, que ha sido acogida con rechazo por los comerciantes de la zona, que desde hace tiempo reclaman que se ponga orden con los aparcamientos de las motos y las bicicletas encima de las aceras. València Excellence reclama al ayuntamiento mayor cuidado con el entorno urbano. «No pueden decir que nos van a desviar todo el tráfico de la calle de la Paz por la puerta del Marqués de Dos Aguas» [un icono turístico] y «ponernos 20 paradas de autobús delante de los escaparates» porque «será la ruina», advierte.

«Nuestros clientes se quejan de lo difícil que es ahora venir al centro», advierte. «Los aparcamientos están llenos y el carril bici es muchas veces un estorbo, especialmente, para los vehículos de carga y descarga que no tienen por dónde pasar», explica Laura Gallego, quien asegura que los comercios de lujo rechazan las peatonalizaciones radicales porque expulsan a la clientela. Queremos que haya un tráfico «normal», apunta la portavoz de la asociación, que el próximo 8 de noviembre celebrará su doce aniversario en la plaza del Patriarca.

Los cambios en la movilidad no son el único reto al que se enfrentan los comercios de lujo, un sector que también se ha visto afectado por los cambios en los hábitos de consumo. Antes la gente «compraba un bolso de marca o unas perlas y ahora compra un iPhone», declara. Los negocios de esta exclusiva manzana han tenido que evolucionar en su modo de relacionarse con el cliente apostando cada vez más por el comercio on-line.

El presupuesto del cliente también se ha recortado. La época en la que las clientas compraban sin mirar etiquetas y se llevaban 2.000 o 3.000 euros en ropa ha pasado, apuntan las responsables de algunas tiendas de ropa de señora y niños.

El declive de las ferias se ha notado muchísimo y las campañas de descuentos tipo Black Friday «nos hace mucho daño». Eso y «la subida brutal del IBI», advierte Gallego, quien se lamenta de que, pese a ser una de las zonas con la contribución más alta la calidad urbana deja bastante que desear porque faltan, entre otras cosas, iluminación. Entre las grandes firmas que siguen apostando por la Milla de Oro de València está Louis Vuitton. El turista chino, apasionado de las marcas, ha sido en estos años su principal cliente.

Los vuelos directos que se han puesto en marcha con ciudades como Ámsterdam o Turín han atraído a muchos turistas holandeses e italianos, algo que también se ha notado en la Milla de Oro. Así lo explica Blanca Clerigues, propietaria de una tienda de complementos solo para hombre en la plaza del Patriarca, que asegura que el volumen de negocio se ha recuperado entre un 20-30% en este último año, animadas sobre todo por las ventas on-line.

Menos optimista es Antonio Romero, propietario de la joyería del mismo nombre, conocida por sus diseños exclusivos y cuya tabla de salvación son los turistas extranjeros, especialmente de los países del Este e ingleses. Las administraciones deberían incentivar y mimar al pequeño comercio porque «es el que da personalidad a las ciudades», reclama.

Además de València Excellence, en la ciudad se creó en 2014 otra asociación de establecimientos de alta gama para promocionar a València como destino turístico de calidad. Se trata de Valencia Premium, que aglutina a una veintena de firmas. Su objetivo es hacer más visible toda la oferta de lujo y de calidad que existe en la Comunitat y promocionar sus «productos exclusivos y personalizados» frente al «turismo de mochila» o de bajo coste.

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