El Comité de Empresa de la EMT y la dirección de la compañía municipal de autobuses se dieron una tregua el pasado 29 de septiembre para negociar el nuevo convenio colectivo. Tras dos amenazas de huelga anteriores, posteriormente desconvocadas, y tras el fracaso de las reuniones, hoy la asamblea de trabajadores vuelve a debatir si se convocan paros para diciembre.

De los 23 representantes del Comité de Empresa, 7 pertenecen a UGT, 6 a CC OO, 5 a Apttuv, 4 a TUC y 1 a CGT. Los trabajadores están divididos entre el bloque UGT-CC OO y el resto de sindicatos, con una importante «guerra de comunicados» que ha elevado la tensión.

Los sindicatos mayoritarios y la empresa se acusan mutuamente de romper la tregua de las negociaciones. UGT y CC OO aseguran que fue la EMT quien interrumpió las reuniones del nuevo convenio, mientras que la dirección asegura que fue el Comité el que rompió uno de los acuerdos clave, el de no convocar movilizaciones entre octubre y diciembre durante el periodo de negociación. UGT y CCOO dicen que solo fue un «registro formal» para asegurar servicios mínimos en el caso de que se convoque.

Además de la complicada negociación del convenio, el ambiente se ha enrarecido por la convocatoria interna de inspectores, que ha acabado en los tribunales por la presunta filtración de preguntas desde UGT y CC OO. La EMT ha abierto varios expedientes a representantes sindicales de estas agrupaciones y la guerra ha terminado por estallar.

«¿Qué le pasa a Giuseppe Grezzi con la UGT y CCOO?», se pregunta Lola Navarro, Secretaria General de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT. «Con los últimos acontecimientos parece que la estrategia del concejal es la de amedrentar a los trabajadores de estos sindicatos», denuncia. UGT y CC OO creen que la dirección de la EMT está haciendo frente común con los sindicatos minoritarios para debilitarles. La EMT insiste que quiere seguir negociando si no hay paros, y su voluntad es evitar arbitraje del convenio.