La contaminación de las ciudades tiene un impacto directo en la salud de las personas, particularmente de aquellas que tienen problemas respiratorios, una minoría silenciosa que a veces no sabe cómo reivindicarse ante situaciones de polución permanente como la que ha vivido la ciudad de València estos días de atrás como consecuencia, según el ayuntamiento, de la quema de la paja del arroz.

Violeta Besteiro, residente en la calle Alberique, es una de ellas, pero en su caso ha presentado una queja en el registro de entrada del consistorio con la intención de que, además, se le haga llegar a la Conselleria de Agricultura.

El humo generado por la paja del arroz le ha causado muchos problemas debido a la enfermedad que padece, hasta el punto de tener hemorragias de bronquios como consecuencia simplemente del olor.

Según Violeta Besteiro, en el Hospital General, que es donde la estan tratando, no se explican cómo puedo respirar» en estas circunstancias, ya que «tengo los bronquios destrozados».

Ruega, por tanto, que «arreglen» este problema de la contaminación. «Es de paises tercermundistas que toda València huela a quemado. Yo creo que con las Fallas ya tenemos bastante», dice.

A su juicio, las administraciones deberían llegar a un acuerdo con los agricultores para bordar este problema correctamente, que se fijen en cosas importantes y no en cosas banales que no llevan a ninguna parte», dice la afectada. Y una opción sería retirar la paja en vez de quemarla, una cuestión sobre la que nadie tiene ninguna duda.

En declaraciones a Levante-EMV, Violeta Besteiro asegura que tiene «miedo». Todas las noches tiene que utilizar vaporizadores para evitar la entrada de olores en su habitación. Si su vida ya es complicada normalmente, «este años está siendo fuera de serie», asegura en referencia a los episodios de contaminación. Y como ella, asegura que hay muchas personas, gente a la que ha conocido en los años que viene sufriendo la enfermedad, que ya son 12 y que cada vez lleva con mayores complicaciones.