Jordi Williams Carnes (Barcelona, 1959) es filólogo alemán pero su trayectoria profesional ha estado más ligada a la política que a las lenguas. Fue primer Teniente Alcalde de Barcelona y conseller de Agricultura de la Generalitat Catalana. Desde 2014 ostenta la dirección de Turisme Barcelona.
P ¿Cómo ha repercutido la situación política en Cataluña en el sector turístico?
R Seguimos recibiendo turistas por encima de la media europea, pero inevitablemente, cuando hay una zona de conflicto en el territorio nacional, eligen otros destinos cercanos como la Comunitat Valenciana. Si la situación persiste, será preocupante por el turismo internacional. Cuando alguien viene desde la otra parte del mundo recorre varias ciudades. Si una se cae de la lista porque no es atractiva en ese momento, el riesgo también lo corren las demás. A corto plazo beneficia al resto, pero a largo plazo nos puede afectar a todos. Yo sería más cauto en decir «que le vaya mal al vecino».
P En un momento de globalización, en el turismo se reclama la vuelta a lo local. ¿Cómo conviven ambas tendencias?
R Tenemos un mundo global y queremos encontrar lo mismo en cualquier sitio, pero buscamos las singularidades propias de cada ciudad. Las dos realidades convivirán en el futuro.
P ¿En qué situación se encuentran las ciudades frente a los alojamientos turísticos ilegales?
R Es una realidad a nivel global, son nuevos operadores económicos y lo de «economía colaborativa» es un eufemismo. Hay tres factores a abordar: seguridad, transparencia y fiscalidad. Lo primero es que hay que saber quién se aloja en cada lugar. La transparencia radica en saber cuál es la oferta de alojamiento turístico real. Por último, la fiscalidad: no digo que no se pueda hacer, pero hay que pagar impuestos, tanto el que alquila como el que hace la plataforma.
P València se plantea instaurar la tasa turística. ¿Qué experiencia tiene Barcelona?
R En las ciudades hay un coste de gestión. En primer lugar, hay que tener dinero para continuar la promoción, la tiene que pagar el turista. En segundo lugar, sirve para determinadas actuaciones como mejorar la señalización, las instalaciones o el alumbrado. La ciudad tiene que sentirse reconfortada a través de ese dinero.
P ¿Cuál es el impacto medioambiental del turismo?
R Los barcos y aviones, por la dinámica mundial, son más eficientes, también por el interés de las compañías. Cuanto más grande es un avión, menos consume, y en el norte de Europa ya hay cruceros más eficientes energéticamente. Ahora bien, los puertos mediterráneos tendrán que instalar servicios para abastecer estos barcos.
