El 13 de diciembre el Ministerio de Fomento abría la plica económica para la ampliación con un tercer carril de la carretera V-21 desde el Carraixet a València. Este era el paso previo antes de la adjudicación del concurso para realizar las obras, al que se presentaron un total de 29 empresas.

El Govern de la Nau ha presenciado en los últimos meses cómo sus objeciones a esta construcción eran desoídas por parte del ministerio, quien no ha paralizado las obras pero tampoco ha mantenido ninguna reunión en firme con los dirigentes valencianos. El tercer carril tuvo que ser aceptado por la corporación municipal, pero no sin antes añadir algunas modificaciones al proyecto de construcción que tiene previsto el Ministerio.

Ayer el gabinete del alcalde, Joan Ribó, hizo llegar a Fomento un informe que recoge las alternativas para minimizar el impacto del trazado previsto para la ampliación de esta carretera entre Alboraia y València.

Según el informe al que ha tenido acceso Levante-EMV, el principal objetivo es reducir la ocupación del suelo de la huerta por la que discurre la carretera, tanto en la propia ampliación que supone la construcción de un tercer carril como en la recuperación de la huerta en las parcelas que hayan sido ocupadas para su ejecución. La propuesta reduce en un 53% la afección a la zona de huerta protegida, manteniendo ciertos caminos de servicios, que en el caso de no ser necesarios se reduciría la afección en un 62%.

Minimizar los daños

Como recoge el informe, las medidas que propone el Ayuntamiento no alteran sustancialmente la infraestructura proyectada. De hecho, en materia de expropiaciones, el documento reconocen que el proyecto sí que ha tenido en cuenta circunstancias específicas del terreno protegido en algunos tramos, lo que supone «el principio básico imprescindible para la mejora del proyecto».

El primer punto que el ayuntamiento considera que se debe revisar es «la obligatoriedad de disponer de un espacio de reserva de Dominio Público tan amplio, más de 8 metros de amplitud». Desde el Govern de la Nau proponen expropiar 2 metros, aunque contempla añadir otros 5 «allí donde se ha considerado necesaria la construcción de una vía de servicio tal y como marca la legislación estatal». Esto se debe a que ciertos tramos de la carretera están reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

De los 80.087 metros cuadrados que están previstos expropiar, 68.621 metros cuadrados corresponden a la huerta protegida.

Además, en las alternativas presentadas se contempla las consecuencias que puedan desencadenar las obras, como los caminos nuevos para acceder a la zona. Por ello «se propone ampliar el espacio de ocupación temporal durante las obras si fuera necesario para el paso de maquinaria y que luego se reponga la huerta existente» allí donde los caminos nuevos no sean necesarios para el acceso de los vecinos.

Modificaciones concretas

Además de las consideraciones generales, el informe recoge cinco actuaciones concretas sobre los planos de actuación del Ministerio. En ellas se cuestionan ciertas intervenciones, como la de expropiar 25 metros en el tramo de la Universitat Politécnica de València. Se propone destinar el presupuesto a mejorar la conectividad de los caminos existentes frente a la construcción de dos caminos laterales que ocupan una gran extensión de huerta. Sin embargo, sí que se propone mantener la expropiación necesaria para el rediseño de la curva de la V21 «que permitirá la mejora de la seguridad vial».

Nuevas leyes a tener en cuenta

El documento hace mención a dos cuestiones legislativas que afectan al proyecto de ampliación del Ministerio de Fomento. Las competencias en ordenación del territorio pertenecen a la Generalitat Valenciana, que en los próximos meses aprobará la Ley de l'Horta de València y su Plan de Acción Territorial, en cuyos textos se recogen artículos que chocan contra el proyecto ministerial.

En concreto, el régimen jurídico de los suelos de la huerta apela en el artículo 23 a «concentrar las infraestructuras lineales en corredores multimodales» y a «minimizar la ocupación del suelo de la huerta». La normativa del Plan de la Huerta vela por la integración paisajística de las nuevas infraestructuras que se construyan sobre el terreno protegido.