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Informe

Sociópolis impulsa a Faitanar como el barrio que más crece en València

La ciudad recupera lentamente su población, aunque lejos de los más de 800.000 habitantes que tuvo antes de la crisis

Sociópolis impulsa a Faitanar como el barrio que más crece en València

La ciudad de València, tercera capital de España, recupera ligeramente su población según los últimos datos oficiales. si hace diez años superaba los ochocientos mil habitantes (815.440 en 2009 como máximo histórico), la crisis económica produjo un éxodo de habitantes que en los dos últimos baremos, 2016 y 2017, evidencia una recuperación lenta. Así, los datos dados a conocer por el ayuntamiento coincidiendo con el inicio de 2018 muestran una población total de 792.086 a uno de enero de 2017 (el último dato del que se dispone).

Esta cifra forma parte del macro informe anual que la oficina municipal de estadística acaba de dar a conocer. En ella, esos habitantes se desmenuzan por distritos y aún más por barrios. Dentro de la particularidad heterogeneidad y peculiaridad de la ciudad, la gran mayoría de ciudadanos se concentran en las grandes zonas residenciales de los ensanches que empezaron a crecer especialmente en los años sesenta: Benicalap, Torrefiel, Nou Moles, Aiora y Patraix concentran la quinta parte de los residentes.

Con sus casi cuarenta mil habitantes, Benicalap (el barrio, que no el distrito, que es más grande) entraría en el top 20 de municipios de la Comunitat Valenciana. Exactamente el 19, entre Denia y Burjassot.

Pero más que los términos absolutos, los datos son más llamativos cuando se contemplan los porcentajes. Las ciudades no dan estirones espectaculares de un año para otro, pero sí cuando se estudia un periodo de tiempo.

Así, observar los últimos diez años dejan algunos datos sobresalientes. Es el periodo que incluye la gran travesía del desierto de la crisis. En este periodo hay un caso extraño: Faitanar, que crece un 159 por ciento su población. Y con razón: su enorme extensión estaba ocupada fundamentalmente por alquerías hasta que apareció Sociópolis. Y aunque la macro-urbanización ha estado muy parada y es ahora cuando empieza de verdad a alejar los fantasmas que amenazaban con convertirlo en el particular Seseña de la ciudad. Incluso estas torres le han permitido liderar también la subida en el último ejercicio, de 2016 a 2017. De esta forma, el barrio que apenas reunía a cuatrocientas personas tiene ya más de mil, pero con capacidad para albergar a muchas más a medio plazo, en esa particular frontera entre la huerta y la ciudad.

Otros barrios que han crecido exponencialmente en estos diez años son los asociados a nuevas construcciones y que, aunque han ido incorporando vecinos de una forma mucho más atenuada de la prevista, tenían una oferta de vivienda nueva enorme: Beniferri, Sant Pau (las construcciones junto a la vieja carretera de Ademuz) y Penya-roja (la prolongación de la Alameda y Avenida de Francia han ido ocupando los pisos construidos de forma salvaje durante las épocas de bonanza)

En el polo opuesto, los mayores descensos están en las pedanías (donde una mínima oscilación dispara los porcentajes al tener muy poca población) y en barrios de discreta renta per cápita, que habría que interpretar por la marcha de población emigrante, como Ciiutat Fallera, Na Rovella (alrededor de Hermanos Maristas) Ciutat Jardí, o Amistat (Algirós).

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