La Coordinadora de Vecinos de Ciutat Vella ha presentado alegaciones al anteproyecto de urbanización de la Plaza Ciudad de Brujas y lo ha hecho para reclamar «un espacio abierto para los vecinos», conectado con la vecina plaza Juan de Vilarrasa, que sea eminentemente peatonal, con juegos infantiles y que los transportes públicos no sean contaminantes ni de grandes dimensiones.

Los vecinos rechazan especialmente la «rotonda» para el giro de autobuses, una circunstancia que «transforma la plaza en placita». «Proponemos -dicen- vehículos híbridos o eléctricos pequeños que se adapten a las estrechas calles de Ciutat vella, funcionando a modo de lanzadera, ubicados en un carril exclusivo de un único sentido, consiguiendo la mínima ocupación y servidumbre de la plaza».

Esa lanzadera discurriría por las calles San Agustín, San Vicente, Calabazas, Avenida del Oeste y de nuevo San Agustín. Y otra línea debería recorrer Murillo, Brujas y Guillem Sorolla, también con buses pequeños y no contaminantes.

Así mismo, proponen que la Avenida del Oeste conserve su carácter de paseo comercial, que daría vida al entorno del Mercado Central. A juicio de la coordinadora, debería reducirse drásticamente el tráfico rodado y fomentar el paseo peatonal, paseo que debe desembocar en la entrada del mercado.