La Fundación Oceanogràfic de València puso ayer en libertad veinte ejemplares de tiburón Pintarroja criados en sus instalaciones. En este caso no se trata, sin embargo, de huevos o embriones generados en laboratorio, sino a través de huevos que han quedado en las redes de los pescadores o extraídos de hembras preñadas que quedaron también atrapadas en las redes de los barcos. Los responsables del proyecto valoraron tanto la colaboración de los pescadores al facilitarles los «descartes» como las posibilidades que se abren con este proyecto, pues aunque el tiburón pintarroja no está en peligro, la experiencia servirá para criar otras especies más amenazadas.

Dos pequeños acuarios, expuestos ayer en las instalaciones del Veles e Vent, en la Marina de València, visualizan el trabajo realizado por la fundación Oceanogràfic, con Pablo García al frente, para criar estos tiburones a partir de descartes de pesca. En uno podían verse los embriones creciendo y el otro una veintena de pequeños tiburones, de unos 10 centímetros de largo, listos para ser puestos en libertad en el mar.

Según explicó Pablo García, para este proyecto la colaboración de los pescadores ha sido esencial. Embarcaciones de Xàbia y de València les han proporcionado huevos enganchados en las redes y hembras, muertas o vivas, que estaban preñadas y a las que ha sido posible sacarles los huevos en buen estado todavía.

Luego, los técnicos de la fundación han recreado las condiciones ideales para su supervivencia y han hecho posible que el proceso se complete logrando algunas decenas de ejemplares con buenas condiciones de salud.

Tanto es así que entre tres y seis meses después ya pueden quedar en libertad, y ayer fue la suelta de los primeros veinte ejemplares, concretamente en una zona fuera de la marina de condiciones similares a las que eligen las hembras para sus puestas.

Pablo García explicó que la pintarroja no es una especie en peligro de extinción. Muy al contrario, es muy habitual en todo el Mediterráneo. Pero su cría a partir de descartes de pesca les ha enseñado a poner en marcha procesos similares con otras especies más amenazadas, como algunas rayas del Mediterráneo.

Primera vez en España

La otra gran virtud del proyecto es la pedagogía sobre la necesidad de salvar el medio ambiente en general y los mares en particular.

La presidenta de la Fundación Oceanogràfic, Kadia García, explicó que la de ayer fue la primera suelta de tiburones que se produce en España y un gran paso en la conservación del medio marino por la vía de la ciencia y la concienciación. De hecho, tuvo palabras de agradecimiento para los pescadores de València y Xabia que han facilitado los descartes.

También la concejala de Bienestar Animal, Glória Tello, agradeció este trabajo de recuperación de especies, destacando el carácter pedagógico del mismo. Y finalmente, Vicent Llorens, máximo responsable de la Marina de València, ofreció este espacio para seguir colaborando con el Oceanogràfic en proyectos de innovación y difusión científica. Ya hay algunas ideas en marcha, dijo.