El pasado año, por estas fechas, el arzobispado confirmaba la concesión de Año Jubilar a la pedanía de El Palmar con motivo del 75 aniversario del Cristo de la Salud y, por extensión, de la parroquia. Se ponía aún más en valor, de esta forma, una imagen que es una de las más arraigadas en la sociedad que la cobija.

El hecho de que «la isla» permanezca alejada del centro de la ciudad y su despersonalización permite que los habitantes mantengan una notable y sincera devoción. Dícese que no hay un domicilio en el pueblo que no tenga una imagen del crucificado.

Ayer, y dentro de estos actos, se organizó un encuentro especial en el que participaron otros cristos de cada una de las orillas del lago. Fueron convocados los cristos ribereños: Cristo de la Vida, de Massanassa, Cristo de Silla; y Cristo de la Piedad, de Catarroja, para reunirse en el centro del lago y realizar un acto litúrgico, incluyendo el rezo del Credo.

A continuación, la comitiva de decenas de barcas engalanadas se trasladó al Palmar, donde se celebró una misa de campaña. Todo ello, a pesar de las altas temperaturas de la jornada de ayer, que no impidieron que fueran cientos las personas que acompañaron el acto. En la su homilía, el cardenal Antonio Cañizares aplicó un símil y resaltó que la Iglesia es como la barca de Jesús «zarandeada» pero al mismo tiempo, «joven y llena de vida» y en la que «Jesús va en ella y nos llama a transmitir la esperanza y la alegría a este mundo tan necesitado de misericordia».

Así mismo el párroco Gonzalo Albero añadió que el Año Santo en El Palmar incluye «la vertiente de la caridad y la misericordia, sin las cuales no puede haber manifestación de fe auténtica y significativa». Por ello, están colaborando con la financiación de un proyecto de ayuda de Manos Unidas.

Así, «la mejor forma de darle autenticidad a nuestra fe y que tenga sentido es estar al lado del pobre y del necesitado». Por ello, «se trata de un encuentro de fe y de transformación del mundo desde la fe y la misericordia, sino, de nada sirve», explicó.

Fuentes del arzobispado aseguraron que todos los donativos que se están recogiendo en las peregrinaciones jubilares a lo largo del año son destinadas al proyecto de Manos Unidas que ayuda a niños en situación de vulnerabilidad en la India, concretamente en el norte del estado de Karnataka. Este proyecto beneficiará a 40 personas de manera directa y a unas 200 indirectamente, según Manos Unidas València.