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Fiestas

Las cabalgatas históricas de la Feria de Julio

La sociedad civil y militar participaba en unos cortejos que reflejaban la actualidad y la historia

Las cabalgatas históricas de la Feria de Julio

De común, somos un pueblo muy dado a la paella, mascletà y cabalgata. Y no podía faltar en la primera Feria de Julio (1871) una vistosa cabalgata que invitaba a la fiesta. El Diario Mercantil de Valencia (20 julio) daba cuenta de ella. El pórtico ferial era una gran cabalgata híbrida, militar y civil, con nombre castrense, la retreta, que evolucionaba al atardecer, caído el sol y arriada la Bandera. Soldados de todas las armas con antorchas, a pie y a caballo, en carrozas diversas, con sus músicas y las de Bomberos, la Guardia Civil y Guardia Municipal.

Las grandes sociedades, como el Casino de Agricultura, construían aparatosas carrozas. La de 1874 era una locomotora hecha de cartón, representaba la implantación de los primeros ferrocarriles en el territorio valenciano. Había carros, carrozas y carruajes. En uno de ellos iba la Real Senyera portada por el alcalde, en otro la espada de Jaime I, otras carrozas eran de la nobleza titulada

En realidad, aquello era la cabalgata del Convit, la ante cabalgata de Corpus, en versión civil o laica. Con sus mixturas, interferencias y préstamos. La actual Roca Valencia fue una carroza de la Feria de Julio hecha el año 1855, cuando el IV centenario de la canonización de san Vicente Ferrer, la cual al final pasó a la vida festiva religiosa. Es más, esta retreta seguía casi el mismísimo itinerario de la procesión de Corpus con el añadido de la Alameda donde se producía el calderón, la apoteosis.

A partir de 1874, a las cabalgatas feriales se le otorgó un tinte histórico en las que no faltaba el tópico de Jaime I. sobre todo en 1876, centenario de la muerte del monarca reconquistador. Para la de 1886 y en honor a Jaime I se dispuso de un presupuesto de 15.500 pesetas. Una fortuna de la época que se invirtió en indumentaria y carrozas. Salieron 300 jinetes a caballo, casi todos del Regimiento de Caballería acantonado en la ciudad. Los organizadores se fueron a Alcoi a inspirarse en sus fiestas de Moros y Cristianos.

Este año hubo Moros y cristianos en València, la primera vez que se sepa. Donde históricamente estuvo la torre de Ali Bufat, después plaza de Trinitarios, se reprodujo el monumento en madera. Las tropas cristianas entraron por el puente de la Trinidad y asediaron la fortaleza. El rey moro se rindió y entregó las llaves de la ciudad a Jaime I.

En 1888, cerró la Feria de Julio la primera Cabalgata del Progreso o del Trabajo. Hubo carrozas para todos los gustos, una de ellas de la Caridad. Cada carroza con su banda de música. Otra, de la Flora y la Fauna. La de Bellas Artes. No faltó la del Progreso. Y cerraba el abigarrado tiro de carrozas, la dedicada a València.

Aquellas famosas cabalgatas civiles de apertura de Feria al final sucumbieron, quedando como recuerdo la Batalla de Flores, más simple y menos sobrecargada que las históricas, pero cabalgatas al fin y al cabo. Se ganó en colorido y estética, pero se perdió en contenido cultural festivo.

Carmen Pinedo y Elvira Más han hecho una detallada investigación sobre las cabalgatas y carrozas de la Feria de Julio, muy interesante, especialmente en este tiempo que ya no se hacen, y de lo que tan sólo queda la Batalla de Flores. Y lo hacen de forma indirecta, con ocasión de haber biografiado al pintor Antonio Cortina, el femateret d'Almassera, a quien el pintor José Manaut Nogués atribuye «el renacimiento de los festejos de julio? Aquellas hermosas cabalgatas y retreta militar, con su monumental carro farola, fue obra de Cortina, que se negó a cobrar su trabajo».

Lo del resurgir de la Feria de Julio hay que entenderlo en el contexto de sus orígenes: revolución cantonal, guerra carlista, epidemia de cólera,? que la bloqueó nada más inventarse.

Cortina hizo durante varios años carrozas para la Feria de Julio, Algunas de ellas las construyó dentro de los cuarteles militares, como el de san Francisco. Él animó a otros artistas a construir más, variadas y nuevas cada año. Hacían carrozas y organizaban el desfile, se implicaban. «Trabajaban con los cinco sentidos para organizar la cabalgata de la feria, para decorar las carrozas y vestir las hermosas muchachas que han de figurar en los carros como representaciones simbólicas. Es el arte libre, el derroche de ingenio en la fiesta popular».

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