Las obras de la rampa de acceso al aparcamiento de la plaza Ciudad de Brujas han sacado a la luz cuatro enterramientos de época romana pertenecientes a la necrópolis de la Boatella, un cementerio extramuros documentado en anteriores excavaciones arqueológicas que estuvo en funcionamiento entre el siglo II antes de Cristo y el siglo VI. En las excavaciones se han localizado cuatro tumbas de tégula sencillas. Los enterramientos que aparecieron a principios de semana han sido documentados y trasladados. Este nuevo hallazgo arqueológico se suma a los que se están realizando en la marginal derecha del antiguo cauce con motivo de otra obra municipal, en este caso del Ciclo del Agua, donde se han localizado numerosos tramos de la muralla cristiana, y también de la islámica, así como la cimentación de la puerta de la Trinidad y de varios torreones, entre ellos, el de Santa Catalina.

Los hallazgos arqueológicos en la plaza de Brujas, a pocos metros del Mercado Central y la Iglesia de los Santos Juanes, no tendrán repercusión con el tráfico, como ha ocurrido con las excavaciones en la marginal del río. No es previsible que los hallazgos supongan retrasos en las obras de la rampa del parking, adjudicadas junto con el acabado interior y la conexión de las instalaciones con el Mercado Central, a la empresa Edifesa por tres millones de euros. Con todo, el ritmo de trabajo se ha ralentizado ya que se han tenido que sacar las máquinas de la zona de obra y los operarios trabajan manualmente, con pico y pala, bajo la supervisión de los arqueólogos para evitar que se destruyan otros enterramientos o hallazgos arqueológicos.

Los trabajos de finalización del aparcamiento de Brujas se retomaron a mediados de mayo y tienen una duración prevista de cinco meses y medio. Durante las primeras semanas se ha trabajado en el desvío de las canalizaciones de servicios y ha sido ahora, cuando han empezado los trabajos de perforación de la rampa de acceso al aparcamiento cuando se ha llevado al nivel arqueológico y han empezado a aflorar restos.

El proyecto de obra del aparcamiento incluye un estudio arqueológico que recoge los antecedentes históricos del entorno de la plaza del Mercat, epicentro durante siglos de la vida de la ciudad, en base a los cuales se determinó que en esta zona «se realizará «un seguimiento arqueológico intensivo».

Durante las obras de construcción de la avenida del Oeste, en los años 40 del siglo pasado, se hallaron restos de la necrópolis de la Boatella, un área cementerial situada al otro lado del brazo del río Turia. El conocimiento que de ella se tiene es más bien escaso y procede de las notas del J. Llorca, el arqueólogo municipal que se encargó de la excavación, donde se recuperaron unos 250 enterramientos, la mayor parte con cubierta de teja y muchos de ellas en doble vertiente. Se hallaron igualmente fosas sin cubierta, un sarcófago de piedra, ataúdes de madera y un mosaico sepulcral.

En la excavación se recuperaron igualmente ajuares, que en su momento se tildaron de pobres, y que se componían de piezas de vidrio, una por tumba. La variedad de formas y el número de las piezas de vidrio halladas en la necrópolis de la Boatella hacen este conjunto uno de los más importantes recuperados en la Comunitat.

Un aspecto interesante de esta necrópolis, apunta el informe arqueológico realizado por Manuela Raga, es el signo religioso de los enterramientos. La orientación de las tumbas es siempre de norte a sur, lo usual en los inicios del Imperio, por lo tanto de los cementerios paganos. A partir del siglo IV las tumbas empiezan a orientarse de este a oeste, fenómeno relacionado con los ritos cristianos. La presencia del mosaico sepulcral que siempre aparece en contextos cristianos evidencia la existencia de estos fieles. Así las cosas, la Boatella se inicia como uno de los cementerios paganos de la ciudad, albergando en su última época, sepulturas de signo cristiano. Con posterioridad los visigodos prefirieron ubicar sus tumbas cerca de los lugares sagrados de culto como San Vicente de la Roqueta.

El entorno del Mercat es una zona arqueológicamente sensible, de hecho está declarada Area de Vigilancia Arqueológica, y allí esperaba encontrar restos de época romana, islámica y medieval.

Durante las obras de construcción de la estación del metro de la T2, sobre la cual se encuentra el aparcamiento inacabado de Brujas que ahora finalizará el consistorio, ya aparecieron en 2008 importantes hallazgos arqueológicos. Durante estas obras, aparecieron varias tumbas monumentales, tipo mausoleo, con varios enterramientos de época visigoda. Los sepulcros son de estructura cuadrada o rectangular y fueron erigidos con losas de caliza azul, también denominada piedra de Alcublas. En estas tumbas-mauseoleo eran enterrados los miembros de una misma familia.

En esta excavación también se localizaron los restos del Molí de Rovella. Los responsables políticos del momento anunciaron que los restos se integrarían en un muro del aparcamiento.