Reeditando el triunfo de 2015, la banda Santa Cecilia de Cullera se alzaba anoche con el primer premio en el Certamen Internacional de Bandas de Música Ciudad de València. Certamen o, simplemente, duelo, porque a pesar de la enorme calidad y abundancia de agrupaciones musicales, tan sólo dos se decidieron a afrontar el reto de preparar la cita. Lejos parece la posibilidad de que las grandes, grandes, grandes, se enfrenten entre sí en un certamen con los mejores, dispuestos a ganar o a fracasar. Ayer, el resultado deja contentos a todos porque, más o menos, la lógica dice que el resultado es el previsto. Aunque, números en la mano, la diferencia entre la sociedad musical de La Ribera Baixa y la Unió Musical de Torrent fue poca: 374,5 puntos contra 363.

El presidente, Paco Rico, sabía que la Santa Cecilia iba con más responsabilidad. «Son sensaciones de plenitud, de trabajo bien hecho, orgullo y felicidad plena. Porque se ha hecho un gran trabajo y hemos venido con mucha ilusión. Satisfacción desde la humildad. No siempre ganan los que se dan como favoritos. Ha pasado y pasa. Había que jugarlo y ganarlo y lo importante, además, es la reacción del público, los técnicos, los profesionales de todo el mundo: me han dicho que ha venido gente de Nueva Zelanda. Esto tiene una repercusión mundial».

El joven director Carlos Garcés, natural de Soria, abrazaba al presidente y con un rotundo «a la butxaca!» celebraba una victoria. Está satisfecho: «llevo cuatro años y cuatro meses y llevamos «dos certámenes de bandas y uno con el de orquestas. Lo relevante es tener a 140 musicazos y sacar lo mejor de ellos. Más que la competición, lo que pienso es que la banda está ahora más arriba que hace tres meses».

El Certamen se cerró con la actuación de la Banda Municipal, con la que Rafael Sanz Espert empezó a dejar ver su impronta en el atril. Dinamismo, músicos poniéndose de pie para tocar y un director que se agita y salta buscando un nuevo concepto de conexión con el público. Debió acabar agotado por una particular clase de aerobic con batuta. La Joven Banda de la Federación, Sole Giménez y gritos de «campeones, oe» completaron la noche.